Gracias a las leyes de control de armas de su país, los ciudadanos franceses están impotentes mientras los alborotadores, algunos de ellos armados, salen a las calles en Francia y destruyen y saquean propiedades.
Las leyes de armas en Francia son mucho más estrictas que las de los Estados Unidos. En Francia, los ciudadanos no pueden portar armas en público para su defensa personal y solo se les permite tener armas de fuego en sus hogares después de pasar una verificación de antecedentes, registrar el arma y cumplir con los límites establecidos en cuanto al número y tipo de armas y municiones que pueden poseer. Esto significa que los ciudadanos respetuosos de la ley no tienen armas para protegerse, mientras que los delincuentes sí las tienen. Como resultado, los manifestantes pueden continuar iniciando incendios, quemando automóviles y disparando a las cámaras policiales.
En las principales ciudades como París y Lyon, se han producido incidentes en los que delincuentes han puesto en peligro a todos los que están cerca al disparar al aire con armas semiautomáticas. Además, se han observado imágenes de manifestantes marchando por las calles de Francia a plena luz del día, portando ametralladoras alimentadas por cinturón y pistolas.
En Marsella, ocurrió un incidente de gran repercusión en el que una tienda de armas fue asaltada por saqueadores, quienes lograron escapar con numerosos rifles de caza. Según los medios locales, alrededor de 30 jóvenes ingresaron a la tienda en la cuarta noche de violencia. Aunque uno de los saqueadores fue detenido cerca del lugar con un arma robada, la policía se encuentra cada vez más desbordada tratando de mantenerse al día con los saqueadores. Con el objetivo de hacer frente a este problema, se han desplegado más de 45.000 policías y gendarmes paramilitares adicionales.
Hombres montando ciclomotores armados con escopetas atacaron a tiros a cuatro agentes de policía que trabajaban en el Ródano; algunos de ellos resultaron heridos. Se cree que los hombres emboscaron a los agentes, escondiéndose detrás de una pared. A los medios, un miembro de la policía de la región del Ródano expresó: "Hemos cruzado una línea roja. Nunca antes habíamos presenciado este tipo de situaciones aquí y es sumamente preocupante". Mientras tanto, los ciudadanos franceses respetuosos de la ley se ven obligados a defenderse utilizando armas improvisadas como murciélagos.