Que se arruinen

Hay quien sostiene que lo que ha sucedido estos meses en Cataluña ha sido una desgracia. El fracaso de un gobierno que en su momento no se atrevió a parar el independentismo y ahora lo tienen más crudo aún, ya que se prevén unos resultados secesionistas el próximo 21-D.

Lo que no está claro es que todo lo que viene sucediendo, esa dejadez para que se estrellaran los seguidores radicales, para que los empresarios importantes se asustaran hasta tal punto que pusieran pies en polvorosa y se marcharan de Cataluña, no fuera un plan secretamente diseñado por el establishment. Si, porque una Cataluña rica, pudiente, al final se saldría con la suya de no repartir lo sobrante a las comunidades menos favorecidas: Andalucía, Extremadura, por ejemplo.

Por eso las cloacas del Estado, como siempre, tras analizar las diferentes soluciones optaron por, secretamente, fortalecer a grupos antisistema y extremistas para que se hicieran con el poder político y forzaran la máquina. Hasta tal punto la operación ha sido un auténtico éxito que los tour operator han puesto la cruz a los destinos y Barcelona ya está perdiendo, ya ha perdido, la categoría de primera ciudad turística española, que ha venido liderando desde hace muchos años.

En estos últimos meses ha sucedido el milagro. De esa Cataluña rica, industrial, empresarial, con bancos tan emblemáticos como Caixa y Sabadell, poco va a quedar al ritmo de huida de las empresas que ya sobrepasan el tercer millar mientras los ocupas presiden el segundo ayuntamiento más importante de España.

Parece que el gallego ha conseguido por la vía más práctica terminar, para siempre, con la matraca del independentismo en esa Cataluña insolidaria, donde una banda de políticos delincuentes han engañado, durante décadas, a una población a la que han orientado como auténticos corderillos al matadero. Cataluña ya ha dejado de ser rica, rentable... En unos meses el paro se va a cebar en Barcelona y a lo mejor solicitan que Madrid les socorra. Por supuesto desde dentro de España. Como una autonomía más.