En la primera fase de la explotación, el equipo conjunto de investigadores detuvo a doce personas, entre las cuales se encontraba el principal investigado e impresor de los billetes, así como los principales distribuidores. Así pues, en esta segunda fase, los investigadores pudieron identificar a dos personas que trabajaban en connivencia con la organización y que se encargaban de facilitar la compra en el extranjero del material utilizado por el grupo criminal para la fabricación de los billetes falsos de 500 euros.
Estas compras las hacían mediante la creación de un entramado de empresas pantalla que les proporcionaban, por un lado, la capacidad necesaria para interactuar con solvencia mercantil ante otras empresas, y por otro, la de ocultar la identidad de los investigados, puesto que acumulaban antecedentes penales por hechos similares.
El laboratorio de billetes falsos más grande de Europa
Las pesquisas llevadas a cabo revelaron indicios de la compra de más de una tonelada de papel de alta calidad y seguridad. El grupo criminal investigado adquirió este tipo de papel en China mediante empresas creadas solo para este hecho. También se encontraron rastros de trazabilidad de la compra al extranjero de diferente maquinaria industrial llevada a cabo con la misma operativa mercantil, así como la compra venta de una máquina offset utilizada para imprimir los billetes y una máquina láser utilizada para confeccionar las planchas metálicas.
Durante la explotación de esta segunda fase de la investigación, tutelada por el Juzgado de Instrucción número 4 de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), se practicaron cuatro entradas y registros en diferentes locales y domicilios correspondientes en las sedes sociales de las empresas utilizadas por el grupo criminal, dos de ellas ubicadas en Altea (Alicante) y otras dos en Picassent (Valencia).
Como resultado de los registros se ha intervenido maquinaria especializada para la confección de los billetes falsos, en concreto una máquina impresora y otra plastificadora.