La celebración de las mayores maniobras conjuntas antimisil de China y Rusia en respuesta a la intención de Estados Unidos de desplegar un sistema antimisiles alrededor de las fronteras asiáticas, es la consecuencia militar de la “guerra económica” que libran Pekín y Moscú para desplazar al dólar estadounidense como moneda de referencia mundial y reestablecer a medio plazo el patrón-oro. Washington negocia con Seúl instalar el sistema Thaad en territorio surcoreano para derribar misiles de Corea del Norte dotados de cabezas nucleares, pero Pekín y Moscú afirman que es una excusa para monitorear el espacio aéreo chino-ruso.
Los ejercicios militares fueron anunciados por los ministerios de Defensa de China y Rusia una semana después de que los titulares de Exteriores de ambos países mostraran su oposición al sistema antimisiles Thaad, que Washington planea desplegar, tanto en tierra como en buques, en respuesta a los misiles con cabezas nucleares de Corea del Norte. Sin embargo, para los estrategas de Pekín y Moscú es la excusa con la que Washington justifica ubicar misiles alrededor de las fronteras ruso-chinas, según recoge el diario
“South China Morning Post”.
Pekín y Moscú afirman que el sistema antimisil Thaad estadounidense contra Corea del Norte es una excusa para controlar a China y Rusia
Washington y Seúl negocian el despliegue en territorio surcoreano del Terminal de Defensa Aérea a Gran Altura (Thaad, por sus siglas en inglés), sistema para derribar misiles de corto y medio alcance. Los servicios de inteligencia militar chinos y rusos aseguran que los radares del Thaad alcanzan buena parte del territorio de China y Rusia, y tendrían la misión de monitorizar las defensas de ambas potencias.
“Gravemente preocupados”El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, afirmó “estar gravemente preocupados (él y su homólogo ruso Lavrov) porque el escudo antimisiles excede las necesidades defensivas de Estados Unidos y supondría un impacto directo en la estrategia de seguridad de Pekín y Moscú”. Resulta significativo que los ejercicios se desarrollan pocos mes después de que las fuerzas armadas chinas creasen el pasado diciembre un ejército dedicado al desarrollo y uso de misiles, al mismo nivel que los de Tierra, Armada y Aire.
Tanto Moscú como Pekín aseguran que las maniobras tienen como objetivo probar sus capacidades ante un hipotético ataque estadounidense con misiles convencionales o de crucero.
El aumento de la tensión militar va paralelo a la “guerra económica” de China para acabar con los Acuerdos Brettons Woods que establecieron el dólar como moneda mundial
El incremento de la tensión militar entre los bloques chino-ruso y estadounidense se produce en paralelo a las novedades que se están produciendo estas semanas en la guerra económica que libran China y Norteamérica por el control del Nuevo Orden Mundial.
El pulso entre Estados Unidos, China y Rusia, definido por los estrategas y analistas más pesimistas como los prolegómenos de la Tercera Guerra Mundial, tiene lugar en tres grandes escenarios:
1 - Escenario europeo. Enfrentamiento entre la OTAN, bajo el liderazgo de Estados Unidos, y Rusia, a causa del conflicto de Ucrania. Washington impulsa duras sanciones económicas para quebrar la economía rusa bajo el pretexto de la adhesión de la península de Crimea.
2 - Escenario de Oriente Medio. Tensión entre Washington y Moscú por las guerras de Siria e Irak desencadenadas por el Estado Islámico. Con extensión a la guerra de Yemen en el estratégico Cuerno de África.
3 - Escenario asiático. Hostilidad creciente entre Pekín y Washington por el dominio del mar de la China Meridional, con las islas Spratly como punta de lanza del gigante asiático para el control de las rutas marítimas entre China y el resto del mundo.
La triple estrategia chinaLa operación china de
arrebatar a Londres el monopolio del precio del oro físico, desencadenada el pasado 19 de abril mediante la creación del Shanghái Gold Exchange (SGE), ha abierto una nueva etapa en la disputa de Pekín por desbancar al dólar como divisa del comercio mundial. Es decir, acabar con los Acuerdos de Brettons Woods que en 1944 establecieron el dólar como moneda de referencia de la economía mundial.
Las autoridades chinas articulan su estrategia en tres grandes pasos:
a) Fijar el precio del oro. China ha roto el monopolio ejercido desde 1919 por los grandes bancos anglosajones. Occidente ha dejado de fijar en exclusiva el precio del metal precioso. Para llevar a cabo los pasos b y c, Shanghái necesita triplicar el precio del gramo de oro desde de los actuales 1.300 dólares el gramo.
b) El FMI incluye al yuan. La moneda china ya forma parte de la cesta de divisas del Fondo Monetario Internacional, conocidas como Derechos Especiales de Giro (DEG). En medios económicos se especula que este verano China podría crear su propia cesta DEG y emitiría toda su deuda en yuanes respaldados por oro.
c) Restablecer el patrón-oro. Este es el paso más difícil y el que Estados Unidos trata de impedir denodadamente. De conseguir China volver al patrón-oro suprimido en 1971, el gigante asiático acabaría con la hegemonía del dólar. Esto supondría volvera fijar el valor de cualquier moneda en función del precio de una determinada cantidad de gramos de oro. Si tenemos en cuenta que
China ostenta un triple récord: en los últimos años ha acumulado las mayores reservas de oro, es el mayor importador mundial del metal precioso y el mayor productor… se puede imaginar sin mayor esfuerzo la preocupación de Estados Unidos
Apoyo de las economías emergentesChina y Rusia no se encuentran solos en su estrategia de “desdolarización” de la economía mundial. Cuentan con el apoyo de las economías emergentes, agrupadas en tres grandes bloques:
1- Países BRICS. Grupo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. (3.000 millones de habitantes).
2- Países ASEAN. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático está formada por 10 países: Malasia, Indonesia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Laos, Myanmar, Singapur, Tailandia y Filipinas (600 millones de personas).
3- Países emergentes en la esfera chino-rusa. Pakistán, Bielorrusia, Mongolia, Irán… (alrededor de 300 millones de habitantes).
El bloque de países emergentes con una población de 4.000 millones de personas (60% del total) tiene sus economías en crecimiento y vuelca sus recursos en la creación de infraestructuras productivas y la cooperación tecnológica.
No es difícil adelantar que, conforme la guerra económica siga avanzando, se incrementará la tensión militar, sobre todo en el “escenario asiático” donde China se juega su salida a mares abiertos, imprescindible para sus exportaciones y para consolidarse como gran potencia militar del Siglo XXI.