Denle cuerda al reloj, porque mañana será otro día
miércoles 11 de mayo de 2022, 18:53h
El otro día entré en un establecimiento de esos que te tienen fichado, y al comprobar mi nombre el empleado me dijo si yo era el que escribe en l'Altaveu, le dije que sí, y entonces llamó a su superiora para presentarme. La superiora, se ve que también me lee, me preguntó por qué hace días que no escribo nada. Le contesté que me estaba recomponiendo, mi salud es frágil, y tenía que antender lo importante, que no lo urgente. Tal y como decía Dwight David "Ike" Eisenhover, "lo urgente pocas veces es importante, y lo importante pocas veces es urgente". Me preguntó si había alguna noticia que debiesen saber, y la respuesta fue que tampoco escribía para no deprimir más al personal. Bastante tenemos cada uno con lo que tenemos, y creo que a una gran mayoría de la gente, a estas alturas de la película, les importa un pepino la que se nos viene encima, que no es pequeña.
La situación, real, es desesperanzadora. Pero es la que tenemos. Por una parte apenas se habla del COVID, aunque vuelva a haber una empastifada del demonio, creo que ya ni los cuentan, y como que las mal llamadas vacunas por lo menos han servido para que en algunos casos los enfermos no acaben intubados, y "el número de muertes ya son aceptables", pues para qué darle más importancia al tema. Al que le toque, pues eso. Al fin y al cabo todos tenemos un día y una hora.
Los otrora héroes, aquellos a los que cada día a las 20h se les aplaudía, andan otra vez reclamando de todo, de todo y de todo, pero como ya no son imprescindibles, pues a la calle que ya hace bueno, y al solete se está de maravilla.
Por si no hubiera bastante con el COVID, la inflacción por las nubes, trabajadores que no llegan ni a mitad de mes, leo que en la cadena de suministro global "lo peor está por llegar", porque "dentro de 15 días, como mucho, todo estará todo absolutamente colapsado".
Y si éramos pocos, parió la abuela. Añadamos la mal llamada "invasión" de Rusia a Ucrania, porque el sátrapa de turno dice que la OTAN tiene cercado a su país.
Perdón, me he "equivocado" de imagen, sorry.
Ésta es la que el sátrapa esgrime para justificar lo injustificable, perdón. Mientras tanto, China, a la chita callando, se va haciendo con media África, contra deuda de todos esos desdichados países. (Los chinos tienen que alimentar casi a 2.000.000.000 de personas cada día).
Y mientras al personal les siguen distrayendo con el "fútbol" y el "Sálvame", o que alguna familia haya pedido el ingreso en un partido político y se lo hayan denegado, hay que meter lo que sea de por medio algo nuevo para entretenerlos más, por ejemplo PEGASUS, nadie dice nada de nada.
Y mientras todo eso sucede, al mismo tiempo vas viendo cómo unos y otros van colocando las piezas en el tablero...
¿Y saben por qué sucede todo esto a la vez y nadie dice nada? Porque se aprovechan de la "desunión" que desde hace tiempo han conseguido instalar entre nosotros.
Si todos nos mantuviéramos unidos, otro gallo cantaría, pero eso es casi, casi, una quimera.
Pero en esta vida casi todo está inventado, y para muestra, un botón.
Por la frase que viene a continuación, algunas empresas privadas, a diferencia de las públicas que son todas ellas una verdadera catástrofe, sobreviven a lo que le echen.
Pero hoy les quiero hablar de esperanza, y lo voy a hacer con una carta que Elwyn Brooks White escribió a un tal señor Nadeau, un hombre preocupado porque había perdido la fe en la humanidad. White siempre creyó que el escritor tenía una responsabilidad de ser todo lo bueno en su arte que pudiera y no interpretar la vida solamente, sino darle forma. También creía en que debían dar esperanza a los demás. Por eso he tenido curiosidad por la respuesta de White a ese hombre, para ver si, a los 74 años y con mucha más vida a sus espaldas que ante él, cumplió el cometido que siempre enarboló. Al final, todos nosotros somos descendientes de supervivientes a todas las atrocidades cometidas en épocas anteriores.
Apreciado señor Nadeau:
Mientras exista un hombre íntegro, mientras exista una mujer compasiva, cabrá la posibilidad de que el contagio se extienda y el panorama no sea desolador. La esperanza es lo único que nos queda cuando corren malos tiempos. El domingo por la mañana me levantaré a darle cuerda al reloj; ésa será mi contribución al orden y la perseverancia.
Los marineros tienen una expresión para el tiempo: dicen que el tiempo es un gran farolero. Supongo que eso mismo se puede decir de nuestra sociedad humana: es posible que todo parezca oscuro, pero entonces se abre un claro entre las nubes y todo cambia, a veces de manera bastante repentina. Es obvio que la especie humana ha convertido en una ruina la vida en este planeta. Sin embargo, como pueblo cabe que llevemos mucho tiempo abrigando semillas de bondad que esperan germinar en condiciones adecuadas. La curiosidad del hombre, su constancia, su inventiva, su ingenuidad lo han metido en un buen lío. Sólo podemos confiar en que esos mismos rasgos le permitan salir a rastras de él.
Agárrese a su sombrero, agárrese a la esperanza. Y dele cuerda al reloj, porque mañana será otro día.
Atentamente,
E.B.White
La carta, tan actual, tiene su historia: está escrita en North Brooklin, Maine, ¡¡el 30 de marzo de 1973!!
Así que ya lo saben; Agárrense a sus sombreros, agárrense a la esperanza, y denle cuerda al reloj, porque mañana será otro día.
Intenten ser felices