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Estados Unidos y China elevan sus discrepancias hasta el espacio
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Estados Unidos y China elevan sus discrepancias hasta el espacio

Por Ana Velasco Peláez
jueves 05 de agosto de 2021, 17:53h

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El Pentágono hizo público el mes pasado un estudio sobre el desarrollo de armas por parte de China para derribar naves enemigas en el espacio. Ante la avanzada tecnología militar del país asiático, EE.UU. teme un nuevo ataque y se prepara para contraatacar.

Según un estudio publicado por Bloomberg, la empresa americana que ofrece servicios de información financiera, EE.UU. no sería el único enemigo en la lista de China. El país regentado por Joe Biden estaría preocupado por la producción de cohetes capaces de llegar al espacio y atacar directamente a satélites que, hasta ahora, no necesitaban una protección.

Al igual que China, Rusia también desarrolla sus armas militares, por lo que EE.UU. se lleva preparando un tiempo, ya desde que Donald Trump creara la sexta rama del ejército estadounidense, apodada “Space Force”. Esta se dedica a la vigilancia del espacio y desarrollar estrategias y tecnologías para proteger los satélites norteamericanos.

China estaría desarrollando armas antisatelitales que se lanzan desde la Tierra y cuando llegan al espacio, son capaces de interceptar o destruir su objetivo por completo. La aceleración de China se explica por la inminente posibilidad de librar una guerra con sus “enemigos”, por lo que quiere ser capaz de asegurar sus objetivos si entra en combate. Ya en abril de este año, el director de Inteligencia Nacional reveló que las armas y los sistemas de control que el gigante asiático está desarrollando tienen como fin “erosionar la superioridad informativa del ejército de EE.UU.”. Además, China estaría desarrollando láseres de largo alcance que, en la mayoría de los casos pueden “cegar” los sensores de satélites y otros dispositivos de posicionamiento.

Hay que entender el desarrollo tecnológico por vías no tradicionales, ya que EE.UU. impone sanciones económicas al país asiático desde hace tiempo. En julio de este año, de hecho, añadió a 23 compañías chinas a su lista negra económica, 14 de ellas vinculadas a la represión de la comunidad uigur. Ante estas amenazas constantes, China quiere lograr la autosuficiencia, con la creación de tecnologías paralelas.

No solo EE.UU. impone sanciones, también sucede al revés, y es que el Gobierno chino arremete contra organizaciones e individuos estadounidenses, por entrometerse en sus asuntos internos. Entre los candidatos de la lista negra china, están el exsecretario de Comercio, Wilbur Ross y la directora de Human Rights Watch en China, Sophie Richardson.

Las sanciones contra las compañías chinas están enfocadas en sectores estratégicos, por lo que todo tipo de tecnología considerada para vigilancia y censura puede estar en el punto de mira. Así, EE.UU. busca la manera de presionar a China por todos los medios posibles pero, a la vez que se produce el desacople económico, encuentra nuevas vías para la autosuficiencia tecnológica.

Uno de los objetivos es la empresa líder de equipamiento de telecomunicaciones, ZTE, con sede en China. Al igual que Trump, Joe Biden sigue la estrategia de censurar y vedar a su “enemigo”, pero este último apuesta por actuar conjuntamente. Mientras Biden califica de “tecnoautoritarismo” el desarrollo de China, ambos países siguen luchando por la supremacía económica y tecnológica en un mundo, donde ya todo es posible.

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