Las actuales élites eugenésicas se inspiran nuclearmente en Thomas Malthus. Pero el británico se equivocó estrepitosamente. Su Ensayo sobre el principio de la población, fines del XVIII, disparate, delirio y delincuencia intelectual. Calamitosa y errada predicción sobre el asunto alimentario.
Comida mal repartida, no demasiada población
La población crece a la par que la alimentación. Sin más. Absurdo hiato entre lo geométrico y lo aritmético el planteado por Malthus. No existe desfase alguno entre ambas. Existe, eso sí, mala gestión, por ejemplo. El planeta puede dar de comer al doble o al triple de población que a la actual. Justa productividad y correcta gestión de los recursos disponibles, sin más. Y habría de sobra para todos. Y los descendientes de los descendientes.
La plaga malthusiana no se produjo nunca, y el mundo nunca llegó a una situación de penuria de alimentos en que la población descendería bárbaramente como consecuencia de las guerras asociadas a esa carestía general.
Llanamente, Malthus se equivocó porque nunca pensó que se produciría la "transición demográfica", por la cual la tasa de natalidad cambiaría al mejorar las condiciones materiales de la gente y ser más importante el sector secundario y terciario de la economía, que a diferencia del sector primario no estaba basado en la fuerza bruta. La “transición demográfica” que los países de renta alta completaron primero y la mayor parte de países de renta media irán completando paulatinamente. Si las naciones ricas les dejan.
Hacia los 500 millones de habitantes
Pero las élites genocidas han decidido que en este planeta sobra gente. Sobran ellos, sin duda. Nosotros, no. Y recordemos al Club de Roma, 1991. "En la búsqueda de un enemigo común contra el que podamos unirnos, se nos ocurrió la idea de que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, el hambre y cosas por el estilo encajarían bien. En su totalidad y sus interacciones, estos fenómenos sí constituyen una amenaza común a la que deben enfrentarse todos juntos. Pero al designar estos peligros como el enemigo, caemos en la trampa, confundir síntomas con causas. Todos estos peligros son causados por la intervención humana en procesos naturales, y sólo mediante el cambio de actitudes y comportamientos pueden superarse. El verdadero enemigo, entonces, es la humanidad misma”…
…Pues eso. Malthus, (falso) pretexto. Hacia los 500 millones de la Piedras Guía de Georgia. En nuestras manos está no consentirlo. En fin.