Los resultados de las elecciones generales del domingo 20 de diciembre no han dado la mayoría a ningún partido, aunque el PP ha sido la fuerza más votada, y dejan la puerta abierta a cuatro posibles escenarios: un segundo mandato de Mariano Rajoy en minoría, un “pentapartito” de izquierdas que lleve a Pedro Sánchez a La Moncloa, una poco probable gran coalición entre populares y socialistas o, ante la falta de acuerdos, la convocatoria de nuevas elecciones. La jornada electoral ha dejado una España ingobernable, en la que la irrupción de dos nuevas formaciones -Podemos y Ciudadanos- ha dado lugar al Parlamento más fragmentado de la democracia y acabado con el bipartidismo.
Gobierno del PP en minoría. Éste es el escenario que defiende el Partido Popular al haber sido el más votado con 123 escaños, pero no llega a la mayoría absoluta de 176 escaños ni sumando los 40 obtenidos por Ciudadanos. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, manifestó durante la campaña electoral que no apoyaría a Mariano Rajoy, al que considera implicado en los casos de corrupción del PP.
Se recuerda que la “Operación Menina” contempla la sustitución de Mariano Rajoy por la vicepresidentaSáenz de Santamaría para hacer posible un pacto PP-Ciudadanos.
Para que Rajoy pudiese repetir un nuevo mandato necesita que en la votación de investidura el PSOE se abstuviese. Con las abstenciones de socialistas y Ciudadanos, las restantes formaciones sumarían un máximo de 97 escaños frente a los 123 del PP. Pero estaríamos ante una legislatura caótica en la que sería complicado sacar adelante leyes importantes.
Pacto de las fuerzas de izquierda. Para que Pedro Sánchez sea investido Presidente del Gobierno necesita unir a los 90 escaños obtenidos por el PSOE (los peores resultados desde 1982), los 69 de Podemos, los 2 de Izquierda Unida-Unidad Popular, los 9 de ERC y los 8 de Artur Mas (bajo la sigla DL).
Con un “pentapartito” el dirigente socialista sumaría 178 escaños (dos más de la mayoría absoluta) y desbancaría a los 169 de PP más Ciudadanos, a los que posiblemente habría que añadir los 6 escaños del PNV.
El problema del frente de izquierdas es que para poder gobernar, Pedro Sánchez necesitaría contar con los independentistas catalanes, que le pedirían a cambio que el PSOE apoye la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
Asimismo, Podemos es una amalgama del partido liderado por Pablo Iglesias más tres formaciones con diferentes intereses: En Común Podemos, Mareas gallegas y Compromís. A su vez, En Común Podemos es una coalición formada por Podem Catalunya, Iniciativa per Catalunya Verds, Esquerra Unida i Alternativa, Equo y Barcelona en Comú.
Gran coalición PP-PSOE. Es el escenario más improbable, pero no descartable al cien por cien. Si bien en España no existe precedente en los cuarenta años de democracia de una gran coalición entre el centroderecha y los socialistas -como en Alemania entre socialdemócratas y democristianos-, ante el panorama de ingobernabilidad que se abre con los resultados del 20D, se reaviva el proyecto de una gran coalición PP-PSOE para cerrar el paso a un frente de izquierdas.
El mayor inconveniente para la gran coalición sería la permanencia de Rajoy al frente del PP y el coste en votos que le supondría al PSOE pactar con la derecha. En este escenario, la última palabra la tendría la presidenta socialista de Andalucía, Susana Díaz, que ha salvado de una catástrofe aún mayor a Sánchez gracias a los votos andaluces.
El peso de las fuerzas nacionalistas. En los escenarios anteriormente descritos (menos el de la coalición PP-PSOE) existe la incógnita de cuál sería el comportamiento de las fuerzas nacionalistas, que abarcan todo el espectro ideológico. ERC con 9 escaños, Democràcia i Llibertat (DL) -nombre con el que se ha presentado Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) junto a otras formaciones nacionalistas- con 8 escaños, PNV con 6, Coalición Canaria con 1 y EH Bildu con 2.
El PNV podría apoyar al PP a cambio de que se le garantice la pervivencia del cupo vasco, Coalición Canaria respaldaría a los populares y los nacionalistas catalanes preferirían negociar con el PSOE.
Convocatoria de nuevas elecciones. La complejidad de las negociaciones que conllevan los escenarios anteriormente descritos y que los partidos no se pongan de acuerdo en los plazos marcados por la Constitución, obligaría a convocar nuevas elecciones.
El papel del rey Felipe VI. Por vez primera desde el inicio de la democracia en 1978, el Jefe del Estado desempeñará un papel clave en la formación del nuevo Gobierno; situación que nunca se dio con su padre el rey Juan Carlos I que proponía como presidente del Gobierno al candidato que había ganado las elecciones y contaba con la mayoría o apoyos suficientes en las Cámaras.
En las próximas semanas Felipe VI, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno, según el Artículo 99 de la Constitución.
El candidato propone al Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretende formar y solicita la confianza de la Cámara. La primera votación de investidura del Presidente del Gobierno exige que obtenga la mayoría absoluta; es decir, el “si” de 176 diputados. Si no lo consigue, 48 horas después se procede a una segunda votación en la que el candidato obtiene la confianza de la Cámara con mayoría simple: más “síes” que “noes”.
Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato obtiene la confianza del Congreso, el Rey disuelve ambas Cámaras y convoca nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso. En este escenario extremo se convocarían de nuevo elecciones a mediados de marzo.
En los 40 años de democracia nunca se ha dado el caso de repetir unas elecciones generales. El reloj comenzará a contar a partir del 13 de enero, ese día se constituirá el Congreso y los diputados tomarán posesión de sus escaños. A partir de esa fecha Felipe VI comenzará a recibir a los candidatos a Presidente designados por los grupos parlamentarios.
Diez claves
- El 20D deja el Parlamento más fragmentado de los 40 años de democracia.
- Se acaba el bipartidismo al pasar PP y PSOE de sumar más del 80% de los votos a un escaso 50%.
- Mariano Rajoy obtiene el peor resultado del PP desde 1989 y pierde 3,7 millones de votos respecto a 2011.
- Pedro Sánchez cosecha los peores resultados del PSOE desde 1982.
- Albert Rivera con solo 40 diputados se queda lejos de las expectativas creadas.
- Pablo Iglesias con Podemos y sus marcas blancas en Cataluña, Galicia y Valencia arrasa con 69 diputados.
- Los nacionalistas se convierten en fuerzas determinantes para formar coaliciones.
- El PP con mayoría absoluta en el Senado puede bloquear cualquier tipo de reforma de la Constitución que presente el Congreso.
- Unidad Popular-Izquierda Unida se hunde al pasar de 11 diputados a solo dos, lo que le deja sin grupo parlamentario.
- UPyDde Rosa Díez desaparece de la vida parlamentaria.