La razón principal del viaje del Papa Francisco a La Habana ha sido saldar una asignatura pendiente para el Vaticano: integrar a través de Cuba la Teología de la Liberación -doctrina aún hoy con fuerte predicamento en América Latina- en la nueva Iglesia Católica que construye el jesuita argentino.El viaje del Papa Francisco a Cuba tiene un alcance mucho más profundo que las homilías y los mensajes destinados al pueblo cubano que emprende una nueva etapa tras el deshielo con Estados Unidos.
La razón principal del viaje papal a Cuba, como lo fue la de sus predecesores que también visitaron La Habana, Juan Pablo II y Benedicto XVI, es la de buscar la manera de resolver un conflicto interno en la Iglesia Católica que se remonta a la Segunda Guerra Mundial.
Se trata de una asignatura pendiente para el Vaticano: aceptar e integrar en su doctrina y en su praxis religiosa la Teología de la Liberación, que tuvo sus mejores exponentes entre los obispos de Brasil, Argentina, Colombia y México principalmente, y en las corrientes de “curas obreros” surgidas en Europa tras el fin de la guerra mundial.
Cristianismo revolucionario
Cuba representa el ejemplo institucional de la Teología de la Liberación, no sólo porque una parte importante del estamento político cubano proviene de Movimiento Cristiano Revolucionario de los años 50 en la isla y del Directorio Revolucionario surgido en la Universidad de La Habana que contribuyó a la caída del dictador Fulgencio Batista, sino porque las líneas directrices de la política social llevada adelante por la revolución cubana desde hace medio siglo corresponden a los principios básicos del cristianismo revolucionario como lo entendían los padres de la teología libertadora, Leonardo Boff, Ignacio Ellacuría, Rubem Alves, Gustavo Gutiérrez, Hélder Câmara, Carlos Múgica o Sergio Méndez Arceo.
El Vaticano desautorizó y arrinconó la Teología de la Liberación por su influencia entre las capas populares de América Latina y Europa
El Vaticano nunca llegó a resolver su conflicto interno con los teólogos de la liberación, como tampoco con los “curas rojos” europeos como el Abate Pierre, Francisco Huidobro, David Armentia, Pedro Solabarría, el padre Llanos, Francisco Gamo, Miguel Bravo o Julio Pérez.
Influencia de Cuba en América Latina
La poderosa influencia y atractivo que ejerce Cuba en todo el subcontinente latinoamericano no es por la ideología comunista de los dirigentes cubanos, sino porque para los casi 600 millones de habitantes representa la plasmación de lo que buscaron, sin conseguirlo, las primeras organizaciones guerrilleras.
Las del norte de Argentina, las Fuerzas Armadas Rebeldes de Guatemala, el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria de Perú, el Ejército de Liberación Nacional del cura Camilo Torres en Colombia, el Movimiento sandinista de Nicaragua, el Partido de los Pobres de México o la Acción Libertadora Nacional de Brasil. Todos estos movimientos fueron fundados por curas, jóvenes católicos o ideólogos del cristianismo comprometido.
La experiencia del argentino Francisco
El Vaticano trató de minimizar la influencia de esta corriente moderna, desautorizándola, reprimiendo o arrinconándola para debilitar su fuerza y predicamento entre las capas populares tanto en Europa como en América Latina.
Eran los años de la Guerra Fría y existía el temor de que la Teología de la Liberación fuese aprovechada por la Unión Soviética para debilitar el bloque occidental.
El Papa Francisco vivió y se formó en este periodo y quiere completar hoy la tarea que no pudieron hacer sus predecesores, unos por su formación estricta y ortodoxa como Pio XII, Juan Pablo II o Benedicto XVI, y otros por falta de tiempo o de apoyos como Juan XXIII.
Los jesuitas hermanos Castro y Francisco
En las conversaciones entre el jesuita Papa Francisco y Raúl Castro, que, no se olvide, fue alumno junto con su hermano Fidel de los jesuitas, se habló de la problemática de la Teología de la Liberación en la actualidad, algo que el Vaticano quiere abordar abiertamente en un futuro inmediato.
Normalizadas las Relaciones con Estados Unidos, los hermanos Castro quieren el apoyo del Vaticano para que Cuba entre la modernidad
Por eso Cuba representa un capítulo fundamental para la Iglesia de Roma. En contrapartida, los hermanos Castro quieren conseguir el decisivo apoyo del Vaticano y del primer Papa latinoamericano para que el régimen entre por la puerta grande del mundo conectado y globalizado, una vez que se han normalizado las relaciones con Estados Unidos.
Pero Cuba representa además otro capítulo para la Iglesia de Roma más sensible y delicado. Es el del “santerío”, las creencias populares en los poderes de los santones y la magia blanca. Una práctica religioso-cultural ancestral muy extendida en toda Latinoamérica, especialmente en el Caribe.
Es un capítulo que el Vaticano quiere abordar con tacto, para superar excomuniones y condenas a la hoguera inquisitorial.