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EE. UU. implementará gestión activa de bosques con tala y quemas controladas

EE. UU. implementará gestión activa de bosques con tala y quemas controladas

jueves 17 de abril de 2025, 14:04h

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El 1 de marzo de 2023, el presidente Donald Trump emitió órdenes ejecutivas que marcan un cambio significativo en la gestión forestal en EE. UU., promoviendo la producción de madera nacional y operaciones de tala y quemas controladas. Estas medidas buscan abordar la crisis de incendios forestales y reducir la dependencia del país en la importación de madera, que ha aumentado desde 2016. A pesar de la oposición de grupos ambientalistas, que argumentan que estas prácticas dañan los bosques, los defensores sostienen que son esenciales para la salud forestal y la seguridad pública. La nueva política también tiene como objetivo mejorar la economía local y mitigar riesgos ambientales asociados con bosques sobrecrecidos. Para más detalles, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/proper-forest-management-to-return-to-u-s-including-logging-and-controlled-burn-operations/.

El 1 de marzo de 2023, el presidente Donald Trump emitió una serie de órdenes ejecutivas que desafían la tradicional política de conservación en Estados Unidos, la cual ha tenido un impacto negativo en los bosques del país, así como en la fauna y las comunidades cercanas a tierras forestales gubernamentales. Estas medidas abordan dos temas cruciales: la amenaza a la seguridad nacional por las importaciones de madera y la necesidad urgente de aumentar la producción maderera nacional. Este enfoque responde a la creciente crisis de incendios forestales y a las dificultades económicas derivadas de la dependencia del suministro exterior de madera.

Puntos clave:

  • Las órdenes ejecutivas del 1 de marzo buscan incrementar la producción maderera en EE. UU. y abordar preocupaciones sobre seguridad nacional.
  • Se destaca la importancia de una gestión activa de los bosques, que incluye quemas controladas y tala, para reducir el riesgo de incendios.
  • A pesar de la oposición de grupos ambientalistas, quienes argumentan que estas acciones perjudican los ecosistemas forestales, los defensores sostienen que son esenciales para la salud forestal y la seguridad pública.

La necesidad económica y ambiental de una gestión activa

La primera orden ejecutiva se centró en la dependencia del país respecto a las importaciones de madera, un problema que ha crecido desde 2016, a pesar de que Estados Unidos cuenta con abundantes recursos madereros. El presidente subrayó que los productos derivados de la madera desempeñan un papel vital en industrias civiles clave, como la construcción. Esta dependencia se hizo evidente durante la pandemia de COVID-19, cuando el precio del contrachapado y otros productos derivados aumentó drásticamente, afectando gravemente a la industria constructora.

La segunda orden busca expandir inmediatamente la producción maderera estadounidense, lo cual representa una oportunidad para las industrias madereras y constructoras, así como para los compradores de viviendas. Este cambio político retoma prácticas ancestrales utilizadas por comunidades indígenas que han gestionado los bosques mediante el uso del fuego durante milenios. La tala y las quemas controladas han sido objeto de críticas desde principios del siglo XX, lo que ha llevado a un crecimiento excesivo de los bosques y al aumento del riesgo de incendios devastadores.

Contexto histórico sobre la gestión forestal

El centro de investigación PERC (Property and Environment Research Center) ha instado durante años a solucionar los problemas que afectan a los bosques estadounidenses, deteriorados por un siglo de supresión del fuego que ha alterado ciclos naturales y comprometido su salud. Los árboles en bosques nacionales están muriendo debido a plagas e infestaciones causadas por densidades excesivas. La propuesta del PERC es reducir obstáculos regulatorios existentes y encontrar enfoques creativos para financiar una gestión activa, incluyendo quemas prescritas y desbroce mecánico.

Keith Schneider, periodista especializado en agua para Circle of Blue, señaló que el plan forestal propuesto por Trump fomenta la tala en tierras federales e incrementa aranceles sobre madera canadiense mientras acelera las aprobaciones para actividades madereras con el fin de mitigar riesgos asociados a incendios forestales. La Casa Blanca sostiene que no aprovechar completamente los recursos madereros nacionales ha obstaculizado la creación de empleo y ha contribuido a desastres relacionados con incendios.

El debate sobre políticas forestales

Grupos ambientalistas bien financiados criticaron inmediatamente esta política alegando que aumenta el impacto humano sobre tierras forestales consideradas "sagradas". La publicación Inside Climate News calificó esta orden como un ataque contra los bosques públicos del país. Danna Smith, directora ejecutiva de Dogwood Alliance en Carolina del Norte, describió el decreto como un error devastador. A pesar del daño causado por incendios en su estado, Smith argumenta que prácticas como la tala selectiva perjudican "los bosques vivos" necesarios para combatir crisis climáticas.

La contradicción entre estas afirmaciones es evidente para quienes han observado las consecuencias trágicas resultantes de políticas federales ineficaces. En Botania, Chile, una comunidad preparó su entorno ante incendios al limpiar vegetación muerta y crear espacios defensivos; este esfuerzo mantuvo intacto su vecindario mientras áreas circundantes fueron devastadas por llamas.

Un nuevo enfoque hacia la gestión forestal

Para supervisar este cambio significativo en las políticas federales sobre bosques, Trump nombró a Tom Schultz como director del Servicio Forestal; Schultz tiene como objetivo permitir tiempos más cortos para evaluar planes madereros respecto al impacto sobre especies en peligro. Este movimiento es fundamental para enfrentar amenazas inmediatas derivadas del crecimiento excesivo en los bosques.

Estrategias previas también han buscado abordar estos desafíos; por ejemplo, en enero de 2019 se emitió una orden presidencial exigiendo colaboración entre departamentos gubernamentales para crear una estrategia integral contra incendios forestales priorizando terrenos más vulnerables. Para el año fiscal 2020 se logró reducir riesgos en aproximadamente 1.5 millones de acres.

Caminos hacia adelante

Una prueba temprana bajo esta nueva política se desarrolla en San Bernardino donde se emitió una orden emergente para aumentar cuotas madereras en un 25%. Los opositores critican esta medida como un intento desmedido por apoderarse del territorio; sin embargo, el Servicio Forestal advierte sobre riesgos significativos asociados con áreas quemadas recientemente.

El debate acerca de cómo gestionar nuestros bosques trasciende cuestiones ambientales; involucra también aspectos críticos relacionados con seguridad económica y bienestar comunitario. Las comunidades locales suelen carecer del poder político necesario pero tienen claro lo que se necesita hacer para proteger su entorno natural frente a decisiones tomadas desde centros urbanos lejanos.

A medida que enfrentamos desafíos ambientales globales, adoptar procesos naturales como quemas controladas y prácticas sostenibles resulta esencial para asegurar un futuro más seguro tanto para las personas como para el medio ambiente.

Fuentes:

La noticia en cifras

Cifra Descripción
205 Precio de fabricación de contrachapado de madera blanda en enero de 2020 (en dólares)
702 Precio de fabricación de contrachapado de madera blanda en junio de 2021 (en dólares)
1.5 millones Acreas donde se redujo el riesgo de incendios forestales por el Departamento del Interior para el año fiscal 2020
11,000 Millas de sistema de cortafuegos estratégicamente colocados para controlar incendios dentro de 223 millones de acres de tierras federales en los estados occidentales
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