Las tensiones entre Estados Unidos y China han alcanzado un punto crítico, con ambos países imponiendo aranceles de represalia. Estados Unidos ha dirigido su atención hacia los productos chinos, citando la crisis del fentanilo como una justificación, mientras que China ha respondido gravando el carbón, el gas natural y el equipo agrícola estadounidense.
China enfrenta acusaciones de ser responsable del suministro de precursores de fentanilo que alimentan la epidemia de opioides en Estados Unidos, que actualmente causa más de 200 muertes diarias. A pesar de estas acusaciones, Beijing niega cualquier responsabilidad, argumentando que se trata de un «problema propio» de América y sugiriendo que es una forma de retribución por las «humillaciones» históricas sufridas a manos de Occidente, como las Guerras del Opio.
Un conflicto arraigado en agravios históricos
El exprofesor Yuan Hongbing sostiene que el presidente Xi Jinping ha ordenado a los funcionarios chinos negar cualquier vínculo entre su país y la crisis de opioides en Estados Unidos. Según él, la producción de fentanilo está relacionada con agravios históricos. Desde 2013, las muertes por fentanilo en Estados Unidos han aumentado 23 veces.
Los analistas advierten que las tensiones actuales reflejan un conflicto ideológico y geopolítico más profundo. El ascenso económico de China, impulsado por iniciativas como la Franja y la Ruta (BRI) y su dominio en minerales raros, busca desafiar el orden global liderado por Occidente. Xi Jinping utiliza este resentimiento histórico para justificar una política exterior más asertiva.
La guerra comercial se intensifica
Bajo las administraciones de Biden y Trump, las relaciones han empeorado considerablemente, con la comunicación entre altos funcionarios prácticamente paralizada. Los expertos advierten que este enfrentamiento –que China presenta como un ajuste histórico– no muestra signos claros de resolución y podría escalar hacia una lucha más amplia por la influencia global.
A inicios de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino anunció en redes sociales su disposición a combatir «cualquier tipo de guerra» contra Estados Unidos, incluida una guerra comercial. En respuesta, el expresidente Donald Trump impuso un arancel del 20% sobre todos los productos chinos, justificándolo como una emergencia nacional debido a la crisis del fentanilo.
A medida que avanza esta batalla económica, persiste un conflicto subyacente: el papel alegado de China en la exacerbación de la crisis de opioides en Estados Unidos. Este problema ha llevado a que más estadounidenses mueran diariamente debido a sobredosis relacionadas con el fentanilo que por cualquier otra causa.
Una lucha por la influencia global
La epidemia del fentanilo se ha convertido en un punto álgido en las relaciones bilaterales. China sigue siendo la principal fuente de precursores del fentanilo, los cuales son enviados a México antes de ser introducidos ilegalmente en Estados Unidos. Sin embargo, Beijing desestima esta crisis como un asunto interno estadounidense y acusa a Washington de «chantaje».
A pesar del reciente descenso del 20% en las muertes relacionadas con opioides reportadas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la crisis persiste como una preocupación primordial para los votantes estadounidenses y continúa moldeando las relaciones entre ambos países.
En conclusión, lo que comenzó como una disputa comercial ha evolucionado hacia una rivalidad estratégica profunda. Con cada nación atrapada en sus respectivas narrativas históricas y políticas contemporáneas, parece poco probable que se alcance una resolución diplomática pronto. La confrontación actual no solo implica medidas económicas; es parte integral de una lucha más amplia por el dominio global.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
200+ |
Muertes diarias en EE. UU. debido a la crisis de fentanilo. |
23 veces |
Aumento en las muertes por fentanilo desde 2013. |
$1 billón |
Valor del proyecto de infraestructura BRI (Belt and Road Initiative). |
Poder adquisitivo comparable |
El PIB de China ahora rivaliza con el de EE. UU. |