Una mujer de 30 años, residente en Irlanda, se convirtió en víctima de un grave error médico al recibir una vacuna contra la tuberculosis (BCG) en lugar de la esperada vacuna MMR. Este incidente ocurrió cuando el BCG, que normalmente se administra a los recién nacidos mediante una inyección subcutánea, fue aplicado incorrectamente en su músculo, lo que derivó en una severa infección relacionada con la tuberculosis.
La inyección intramuscular permitió que las bacterias causantes de la tuberculosis, específicamente Mycobacterium bovis, se propagaran sin control, provocando un absceso en el músculo deltoides. Este tipo de complicaciones se están volviendo más comunes, especialmente entre adultos sanos y niños inmunocomprometidos. Inicialmente, los médicos diagnosticaron erróneamente sus síntomas como inflamación cutánea hasta que pruebas posteriores confirmaron la infección por tuberculosis. La mujer requirió un tratamiento de seis meses con medicamentos antituberculosos y logró recuperarse completamente.
Errores en la administración de vacunas: un riesgo creciente
Este caso pone de relieve los peligros asociados a los errores en la administración de vacunas. Incidentes similares han sido reportados, como el caso de un infante que desarrolló un absceso en el muslo tras recibir una inyección incorrecta del BCG. Estas situaciones evidencian los riesgos vinculados a técnicas inapropiadas de inyección.
En este contexto, es crucial señalar que el BCG contiene Mycobacterium bovis debilitado y debe ser administrado justo debajo de la piel para provocar una respuesta inmune localizada sin permitir su diseminación. A diferencia de las vacunas virales como la MMR, las bacterias presentes en el BCG requieren un manejo cuidadoso; inyectarlas en el músculo puede resultar en complicaciones severas.
Un llamado a la atención sobre la seguridad médica
La mujer afectada experimentó un absceso en el brazo tras la inyección errónea del BCG. Otros casos similares han sido documentados, incluyendo el de una niña de ocho meses que desarrolló un absceso en el muslo debido a una inyección intramuscular incorrecta del mismo tipo de vacuna. Aunque los abscesos localizados raramente son mortales, las infecciones sistémicas no tratadas pueden tener tasas de mortalidad del 80%.
Los médicos enfatizan que los errores en las inyecciones son la principal causa de reacciones severas asociadas a las vacunas, que pueden incluir abscesos, inflamación de ganglios linfáticos y dolor óseo. Este caso ha sido publicado en el American Journal of Case Reports, resaltando la importancia de una correcta administración de vacunas incluso entre adultos sanos. Generalmente, las complicaciones ocurren más frecuentemente en pacientes pediátricos o inmunocomprometidos, lo que convierte este incidente en una situación excepcional.
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