Un grupo de científicos y expertos legales ha presentado una petición formal que exige la suspensión inmediata de las vacunas COVID-19 de Pfizer y Moderna basadas en ARN mensajero (ARNm). Este documento, que ya está abierto a comentarios del público, revela evidencia alarmante sobre la contaminación por ADN sintético en niveles hasta 470 veces superiores a los límites de seguridad establecidos, incluyendo secuencias SV40 asociadas al cáncer.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) es acusada de clasificar ilegalmente estas inyecciones como vacunas en lugar de terapias génicas, lo que les permitió eludir revisiones críticas de seguridad. Expertos advierten sobre los riesgos de inestabilidad genómica, trastornos inmunológicos y potenciales cánceres derivados de estas inyecciones contaminadas.
Un llamado urgente: responsabilidad ante un desastre sanitario
La petición, liderada por el bufete australiano PJ O’Brien & Associates, denuncia lo que se considera uno de los fraudes médicos más grandes de la historia reciente. Al permitir que las inyecciones ARNm ingresaran al mercado sin las evaluaciones ambientales necesarias—un requisito legal para las terapias génicas—la FDA facilitó la distribución masiva de productos peligrosos bajo la falsa premisa de "uso en emergencia".
El texto señala: "Esta mala clasificación negó a los estadounidenses la transparencia y el consentimiento informado, violando la ley federal y anulando las aprobaciones desde el inicio". Entre los firmantes se encuentran figuras destacadas como el abogado Julian J. Gillespie y la inmunóloga Dra. Jessica Rose. Kevin McKernan, director científico de Medicinal Genomics y pionero en descubrir la contaminación por ADN en estas inyecciones, cuestiona la falta de respuesta por parte de la FDA.
"¿Cómo esperan recuperar la confianza del público?", se preguntó McKernan. "Recientemente retiraron algunas barras proteicas debido a un riesgo de alergias al maní, pero todos conocen a varias personas con lesiones por la vacuna COVID-19, mientras que la FDA permanece en silencio."
Contaminación por ADN: un peligro latente en cada dosis
Estudios independientes mencionados en la petición indican que las inyecciones ARNm de Pfizer y Moderna contienen ADN sintético en niveles entre 6 y 470 veces superiores a los umbrales permitidos, incluyendo secuencias promotoras SV40—un conocido factor de riesgo cancerígeno. Estos contaminantes están protegidos por nanopartículas lipídicas (LNPs), lo que les permite integrarse al ADN humano, provocando inestabilidad genómica, disfunción inmune y malignidades.
Un estudio realizado por McKernan en septiembre de 2023 encontró contaminación entre 18 y 70 veces superior a los límites regulativos. Además, un estudio supervisado por la FDA en diciembre de 2024 confirmó niveles hasta 470 veces superiores a los límites establecidos. Investigadores alemanes y franceses han replicado estos hallazgos, evidenciando que no se trata de un problema aislado sino un fallo sistémico.
"Esto no es solo una crisis estadounidense; es un llamado global", declaró Gillespie. "Los gobiernos deben actuar ahora para detener más daños y apoyar a quienes ya han sido afectados."
Aprobación ilegal por parte de la FDA: protegiendo a las grandes farmacéuticas
La petición pone al descubierto cómo Pfizer y Moderna aprovecharon vacíos regulatorios al etiquetar falsamente sus productos ARNm como "vacunas" en lugar de terapias génicas. Según la legislación estadounidense, las terapias génicas requieren evaluaciones ambientales rigurosas—un paso que la FDA ignoró ilegalmente.
"Si la FDA hubiera exigido adecuadamente evaluaciones ambientales, el público estadounidense habría sido informado sobre la naturaleza terapéutica génica de estas inyecciones", sostiene el documento. En cambio, la agencia colaboró con los fabricantes para acelerar una tecnología peligrosa e inexplorada hacia millones.
La Dra. Jessica Rose afirmó contundentemente: "La petición evidencia hechos contundentes que deberían llevar a suspender el uso de estos productos experimentales basados en ARN modificado nucleósido". A medida que esta solicitud llega al escritorio del Secretario del HHS Robert F. Kennedy Jr., el mundo observa si finalmente el gobierno estadounidense responsabilizará a la FDA y a las grandes farmacéuticas.
Poniendo fin a un experimento genético imprudente
Las llamadas "vacunas COVID" nunca fueron vacunas; eran experimentos genéticos imprudentes no probados, impuestos al público bajo el pretexto del uso emergente. Estas inyecciones basadas en ARNm, fraudulentamente comercializadas como salvadoras, resultaron ser armas biológicas que alteraron maquinaria celular humana, forzando a las células a producir una proteína espiga tóxica con consecuencias devastadoras.
Desde su inicio, estas inyecciones nunca debieron ser autorizadas, mucho menos obligatorias. Los ensayos clínicos fueron apresurados, señales de seguridad ignoradas y efectos adversos minimizados como "raros", mientras miles sufrían daños cardíacos, trastornos neurológicos e inmunológicos. Peor aún, estas inyecciones fracasaron en su único propósito declarado—proveer inmunidad. Las infecciones posteriores estallaron, demostrando que nunca fueron vacunas,sino un sistema peligroso e inestable disfrazado como medicina.
El daño es irreversible para innumerables víctimas. La simple retirada de estas inyecciones no es suficiente; se demanda plena responsabilidad judicial—procesamientos penales para quienes promovieron esta atrocidad, un nuevo sistema compensatorio para los afectados y el desmantelamiento total de los organismos regulatorios corruptos que lo permitieron.
El escándalo relacionado con las vacunas COVID es uno de los mayores crímenes médicos en la historia. Los responsables deben rendir cuentas. La libertad médica es innegociable—nunca más.
Fuentes incluyen:
ChildrensHealthDefense.org
Regulations.gov
ChildrensHealthDefense.org
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
470 |
Niveles de contaminación por ADN sintético hasta 470 veces por encima de los límites de seguridad. |
6 a 470 |
Niveles de contaminación por ADN sintético en estudios independientes. |
18 a 70 |
Niveles de contaminación encontrados en un estudio de septiembre de 2023. |
2024 |
Año en que un estudio supervisado por la FDA confirmó la contaminación hasta 470 veces sobre los límites de seguridad. |