El presidente Donald Trump ha dado a conocer planes para expandir la prisión de Guantánamo Bay, con el objetivo de enviar a traficantes de niños y pedófilos a este centro de detención, donde se encuentran otros terroristas considerados peligrosos.
Durante una declaración en la Casa Blanca, Trump enfatizó que esta decisión es necesaria para proteger a los estadounidenses de “los peores criminales extranjeros ilegales”. El mandatario subrayó que hay individuos tan peligrosos que sus países de origen no pueden ser confiables para mantenerlos bajo custodia, lo que convierte a Guantánamo Bay en una alternativa segura.
Detalles sobre la expansión
Trump afirmó que “esto duplicará nuestra capacidad de inmediato”, añadiendo que el establecimiento servirá como un disuasivo contra la inmigración ilegal. Esta declaración se produjo al firmar la Ley Laken Riley, un proyecto legislativo significativo en materia migratoria que exige la detención de migrantes indocumentados acusados de ciertos delitos. El presidente calificó esta legislación como una herramienta crucial en la lucha contra el crimen relacionado con los migrantes, un tema central en su administración.
La prisión fue establecida en 2002 bajo el mandato del expresidente George W. Bush, diseñada inicialmente para albergar sospechosos extranjeros de terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre. Sin embargo, a lo largo de los años, las instalaciones de detención en Guantánamo Bay han sido objeto de controversia.
Controversias y críticas
Grupos defensores de los derechos humanos han condenado el uso del centro por su política de detención indefinida y técnicas de interrogación severas, que críticos equiparan con tortura. Un informe del Proyecto Internacional de Asistencia a Refugiados destacó preocupaciones sobre la falta de servicios educativos para niños y las limitaciones en la comunicación para los detenidos.
A pesar de estas críticas, la segunda administración Trump defiende el uso de Guantánamo Bay como una solución práctica ante una crisis creciente. Tom Homan, zar fronterizo y figura clave en la estrategia migratoria del gobierno, confirmó que se ampliará el centro existente para hacer frente al incremento esperado en la población detenida.
Desafíos logísticos y reacciones internacionales
“Simplemente vamos a construir sobre lo que ya existe”, afirmó Homan, señalando que ICE supervisará las operaciones desde su centro migratorio ubicado en Miami. No obstante, aunque el gobierno ha presentado esta expansión como una solución sencilla, persisten obstáculos logísticos significativos. Un funcionario estadounidense familiarizado con la capacidad del centro indicó que el número actual de 30,000 camas está desactualizado y refleja condiciones propias de los años noventa.
Para albergar y cuidar a una población tan grande, se requeriría desplegar un considerable número de personal militar y recursos. El Pentágono, sorprendido por el anuncio, aún no ha recibido directrices detalladas desde la Casa Blanca. Funcionarios del departamento expresaron incertidumbre sobre el alcance de la misión y si sería temporal o permanente.
Reacciones desde Cuba
El plan ha suscitado fuertes críticas internacionalmente. El presidente cubano Miguel Díaz-Canel condenó esta medida como “un acto de brutalidad”, acusando a Estados Unidos de utilizar territorio ocupado ilegalmente para detener migrantes. El gobierno cubano ha mantenido durante mucho tiempo su oposición a la presencia estadounidense en Guantánamo Bay, considerándola una violación a su soberanía.
La expansión del centro migratorio en Guantánamo Bay representa un momento definitorio en la agenda migratoria de Trump. A pesar de las controversias relacionadas con este centro de detención, su administración envía un mensaje claro: no escatimará esfuerzos para asegurar la frontera y hacer cumplir las leyes migratorias.