Fiestas 'gang bang' generan controversia en un barrio parisino

Controversia por fiestas sexuales en París

La creciente popularidad de las fiestas ‘gang bang’ en un barrio de París ha generado una fuerte reacción entre los residentes locales. Estos eventos, donde hombres pagan para participar en encuentros sexuales grupales con una única mujer, se han llevado a cabo en un establecimiento conocido como La Factory, ubicado en la calle d’Alleray, en el distrito 15 de la capital francesa.

Dirigido por una persona identificada como ‘Z’, este local organiza sesiones en las que los participantes abonan hasta 80 euros (aproximadamente 82 dólares) para asistir a estas reuniones. Según informa el medio Le Parisien, ‘Z’ realiza tres de estos eventos al día y actualmente limita la asistencia a 20 personas, lo que le permite operar sin necesidad de permisos adicionales.

Expansión y reacciones vecinales

A medida que la demanda aumenta, ‘Z’ ha anunciado su intención de solicitar a las autoridades locales un incremento en el número de asistentes permitidos. «Nuestro proyecto de desarrollo ya ha obtenido todas las autorizaciones administrativas del ayuntamiento», afirmó, añadiendo que se espera una pronta respuesta.

Además, se están considerando planes para expandir el local, que ocupa un antiguo estacionamiento de gran tamaño dentro de una lujosa residencia. Esta situación ha suscitado inquietud entre los vecinos del área, quienes han expresado su oposición a estas prácticas mediante quejas formales ante las autoridades competentes.

Quejas y preocupaciones sobre la moralidad

Los residentes han calificado estas fiestas como «degradantes» y «moralmente difíciles de aceptar», argumentando que afectan la tranquilidad del barrio. Una pareja expresó su preocupación al afirmar que los hombres involucrados en estos eventos “tienen fantasías de violación en grupo”, describiendo la situación como “inquietante”.

A pesar de las quejas iniciales, la Fiscalía de París abrió una investigación por proxenetismo; sin embargo, esta fue rápidamente cerrada. La controversia continúa generando debate sobre los límites de la libertad sexual y el impacto social de tales actividades en comunidades residenciales.