El Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha declarado que la era de la unipolaridad estadounidense ha llegado a su fin. En sus recientes declaraciones, enfatizó que el retorno a un orden multipolar es una corrección natural en el ámbito geopolítico. Según Rubio, el momento unipolar que siguió al colapso de la Unión Soviética fue una anomalía.
Rubio subrayó que el ascenso de potencias como China y Rusia, así como otros actores regionales, indica un regreso a un equilibrio más tradicional del poder global. Este cambio requiere una revisión profunda de la política exterior estadounidense, orientando las acciones hacia objetivos estratégicos y priorizando los intereses nacionales sobre ambiciones ideológicas.
Un nuevo enfoque estratégico
La visión multipolar propuesta por Rubio implica un alejamiento de la estrategia de primacía, abogando por un enfoque más equilibrado y realista en el compromiso internacional. Esta perspectiva reconoce las limitaciones del poder estadounidense y promueve una política exterior más pragmática.
En una entrevista reciente con la expresentadora de Fox News, Megyn Kelly, Rubio ofreció una evaluación directa y provocativa del orden global. Sus comentarios merecen mayor atención no solo por su honestidad refrescante, sino también por su potencial para redefinir cómo Estados Unidos aborda su papel en el escenario mundial.
Rubio afirmó que la unipolaridad fue “una anomalía” y que el regreso a un mundo multipolar es inevitable. “No es normal que el mundo tenga simplemente un poder unipolar”, dijo Rubio. “Eso no era normal; fue producto del final de la Guerra Fría.”
Contexto histórico
Para comprender la relevancia de las afirmaciones de Rubio, es crucial considerar el contexto histórico de la unipolaridad. El colapso de la Unión Soviética en 1991 dejó a Estados Unidos como la única superpotencia mundial, lo que permitió al país moldear instituciones internacionales y promover valores democráticos con escasa resistencia.
No obstante, como señaló Rubio, esta situación nunca fue natural. A lo largo de la historia, el mundo ha sido multipolar, con varias grandes potencias compitiendo por influencia. La creciente asertividad de países como China y Rusia indica un retorno a este equilibrio tradicional.
La perspectiva de Rubio resalta la necesidad urgente de claridad estratégica en la política exterior estadounidense. “La misión de la política exterior americana”, afirmó, “es avanzar los intereses nacionales”. Este principio puede parecer simple, pero representa una desviación significativa respecto a las tendencias intervencionistas que han caracterizado a Estados Unidos en décadas recientes.
Nuevas prioridades en política exterior
Rubio destacó la importancia de alinear las acciones de política exterior con objetivos estratégicos claros. “Antes de hacer cualquier cosa debemos preguntarnos: ‘¿Cuál es el objetivo estratégico?’”, indicó. Esta claridad es especialmente relevante considerando los recientes fracasos estadounidenses en diversas regiones del mundo.
Aceptar que Estados Unidos no puede ni debe resolver todos los problemas globales aboga por un enfoque más contenido y deliberado en su compromiso internacional. Esto no significa abandonar alianzas o caer en el aislamiento; según Rubio, donde los intereses coinciden se deben establecer asociaciones y alianzas.
Las observaciones realizadas por Rubio plantean interrogantes significativos sobre el futuro de la gran estrategia estadounidense. Si efectivamente la unipolaridad es una anomalía, entonces justificar una estrategia centrada en mantener o restaurar el dominio estadounidense se vuelve cada vez más complicado.
Un diálogo necesario
Los comentarios de Rubio son una contribución valiosa a una conversación necesaria sobre el futuro de la política exterior estadounidense. Durante demasiado tiempo, este debate ha estado dominado por visiones binarias: intervención desmedida o retirada total. La visión multipolar presentada por Rubio ofrece una alternativa equilibrada entre realismo y moderación.
A medida que Estados Unidos navega por un paisaje internacional cada vez más complejo y competitivo, las ideas expuestas por Rubio proporcionan un marco útil para repensar su estrategia global. Aunque aún queda por ver si esta visión será completamente adoptada por administraciones actuales o futuras, está claro que la era de la unipolaridad ha concluido.
Fuentes: