El multimillonario globalista Bill Gates ha desestimado con arrogancia las acusaciones documentadas de genocidio, que incluyen alegaciones sobre sus vacunas experimentales, las cuales supuestamente han causado la muerte de millones de niños en todo el mundo. Al ser interrogado sobre las acusaciones realizadas por Robert F. Kennedy Jr., Gates declaró al Wall Street Journal que está “preparado para dejar que el público decida”. Esta sorprendente respuesta proviene de un individuo que se encuentra en el centro de graves acusaciones y que actualmente enfrenta un juicio en los Países Bajos por haber engañado al público sobre las vacunas de ARNm contra la Covid-19.
Reacciones a las declaraciones de Gates
Las afirmaciones de Gates han generado una gran controversia, especialmente considerando su influencia en las políticas sanitarias globales. Durante una entrevista con la editora en jefe del WSJ, Emma Tucker, Gates advirtió sobre la posibilidad de una nueva pandemia, afirmando que “la probabilidad de una pandemia natural en los próximos cuatro años es de entre el 10 y el 15 por ciento”. Este tipo de predicciones ha suscitado interrogantes sobre cómo llega a tales cifras tan precisas y por qué parece estar tan interesado en anticipar otra crisis global.
Gates continuó diciendo: “Sería agradable pensar que estamos más preparados para eso que la última vez. Pero hasta ahora no lo estamos”, insinuando casi como si estuviera preparando el terreno para nuevas medidas drásticas en salud pública. Su insistencia en que el mundo está “absolutamente no” preparado ha generado escepticismo entre críticos que señalan su papel central en la formulación de políticas pandémicas—de las cuales se ha beneficiado considerablemente—sin lograr generar confianza.
Causas del descontento y cuestionamientos sobre sus intenciones
Al atribuir la falta de preparación a divisiones políticas y lo que él describe como una falta de consenso sobre las "herramientas necesarias", Gates comentó: “Las personas, en lugar de tener un consenso sobre qué herramientas faltan, están principalmente repitiendo los diversos errores cometidos”.
Este enfoque ha llevado a muchos a cuestionar si su idea de "consenso" implica simplemente un mayor control centralizado por parte de élites globales. Su declaración final fue particularmente inquietante: “No diría que estamos tan avanzados como cabría esperar después de trillones de dólares y millones de vidas perdidas”.
Dada la prominente participación de Gates en estrategias de respuesta pandémica y desarrollo de vacunas—junto con fracasos documentados y preocupaciones éticas—muchos se preguntan por qué continúa posicionándose como una voz confiable en salud global.
¿Está Gates advirtiendo sobre futuras pandemias desde una genuina preocupación, o se trata nuevamente de un movimiento calculado por parte de alguien que parece estar demasiado cómodo obteniendo beneficios económicos durante crisis globales? El mundo puede no estar listo para otra pandemia, pero cada vez está más preparado para cuestionar las verdaderas intenciones detrás del discurso del magnate.
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