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Bishop's Political Sermon Against Trump Sparks Conservative Outrage
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Bishop's Political Sermon Against Trump Sparks Conservative Outrage

lunes 27 de enero de 2025, 15:12h

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Durante el Servicio Nacional de Oración, la obispo episcopal Mariann Edgar Budde realizó un ataque político contra el expresidente Donald Trump, centrado en temas de inmigración y cuestiones transgénero. Su sermón generó indignación entre conservadores y estadounidenses que consideran que los líderes religiosos deben enfocarse en la guía espiritual en lugar de activismo político. Trump respondió a las críticas de Budde en Truth Social, exigiendo una disculpa por sus comentarios. Este incidente refleja una tendencia creciente de líderes religiosos que utilizan su influencia para promover agendas políticas progresistas, lo que ha llevado a un llamado a la rendición de cuentas por parte de figuras religiosas que cruzan la línea entre fe y política.

Controversia en el Servicio Nacional de Oración

Durante el Servicio Nacional de Oración, la obispa episcopal Mariann Edgar Budde realizó un ataque políticamente cargado contra el presidente Donald Trump, centrándose en cuestiones de inmigración y temas relacionados con la comunidad transgénero. Este sermón desató una fuerte indignación entre los conservadores y ciudadanos estadounidenses que esperan que el clero priorice la guía espiritual sobre el activismo político.

Trump respondió a las declaraciones de Budde a través de Truth Social, calificando sus comentarios como poco profesionales y exigiendo una disculpa tanto de ella como de su iglesia. Este incidente forma parte de una tendencia más amplia en la que líderes religiosos utilizan sus posiciones para promover agendas políticas progresistas, a menudo en detrimento de sus responsabilidades espirituales.

La utilización del púlpito como arma política

El Servicio Nacional de Oración, tradicionalmente un evento no partidista destinado a fomentar la unidad y la reflexión, fue interrumpido por la obispa Budde, quien ofreció un sermón impregnado de retórica izquierdista. En lugar de ofrecer oraciones por la nación o palabras de aliento para sus líderes, Budde optó por reprender al presidente Trump sobre temas candentes en las guerras culturales.

“En nombre de nuestro Dios, le pido que tenga misericordia con las personas en nuestro país que están asustadas”, declaró Budde dirigiéndose directamente a Trump. Continuó lamentando la situación de “niños gay, lesbianas y transgénero” así como inmigrantes indocumentados, pintando un cuadro de una nación temerosa bajo el liderazgo de Trump. Sus comentarios no solo fueron divisivos sino también claramente sesgados, ignorando las preocupaciones reales de millones de estadounidenses que apoyan las políticas del presidente sobre seguridad fronteriza y valores tradicionales.

Reacción del presidente Trump

El presidente Trump, conocido por no esquivar confrontaciones, no tardó en responder a los incendiarios comentarios de Budde. En una dura publicación en Truth Social, criticó a la obispa por su evidente parcialidad y falta de profesionalismo.

“La llamada obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana era una radical izquierda que odia a Trump”, escribió Trump. “Ella introdujo su iglesia en el mundo político de manera muy poco cortés. Su tono fue desagradable y no convincente ni inteligente.”

Tendencia hacia la parcialidad

No es la primera vez que la obispa Budde utiliza su posición para atacar al presidente Trump. En 2020, expresó su indignación después de que Trump sostuviera una Biblia frente a la Iglesia Episcopal St. John’s tras desalojar a manifestantes violentos en Lafayette Square. Su último sermón es otro ejemplo del abandono por parte de algunos líderes religiosos de sus deberes espirituales en favor del avance de una agenda política progresista.

La ironía del sermón de Budde radica en que se produjo solo unas horas después de que el presidente Trump firmara órdenes ejecutivas destinadas a proteger a los ciudadanos estadounidenses y reafirmar los valores tradicionales. Estas incluían medidas para combatir la inmigración ilegal y afirmar la realidad biológica de dos sexos: masculino y femenino. En lugar de ofrecer oraciones por sabiduría y orientación mientras el presidente inicia su segundo mandato, Budde eligió reprenderlo por políticas que resuenan con una parte significativa del electorado estadounidense.

Llamado a la rendición de cuentas

La utilización del púlpito por parte de la obispa Budde es una tendencia preocupante que socava la integridad de las instituciones religiosas. Las iglesias deberían ser lugares de refugio y crecimiento espiritual, no plataformas para grandilocuencias políticas. Al usar su posición para atacar al presidente Trump, Budde ha alienado a innumerables estadounidenses fieles que buscan claridad moral en sus líderes religiosos, no diatribas partidistas.

La exigencia del presidente Trump por una disculpa no se trata únicamente de un sermón; es un llamado a responsabilizar a aquellos que abusan de su autoridad para promover agendas divisivas. El pueblo estadounidense merece más respeto por parte de sus líderes religiosos, y las acciones de la obispa Budde sirven como un recordatorio contundente sobre la necesidad urgente de recuperar nuestras instituciones del control ideológico extremo.

A medida que los conservadores continuamos defendiendo nuestra postura contra tal parcialidad evidente, debemos exigir que nuestros líderes religiosos prioricen la fe sobre la política. El púlpito no es lugar para guerras políticas, y el vergonzoso sermón de Budde debería servir como un llamado a despertar para todos los estadounidenses que valoran tanto su fe como su libertad.

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