Descubrimiento de veneno en flechas de hace 7.000 años
Un reciente estudio realizado por Justin Bradfield, profesor de la Universidad de Johannesburgo, ha revelado información fascinante sobre un hallazgo arqueológico en Sudáfrica. En un artículo publicado en The Conversation, se detalla el contenido inusual encontrado en el interior de un fémur de antílope que data de hace 7.000 años. Este fémur fue recuperado en 1983 durante una excavación en la cueva Kruger, ubicada en el noreste del país africano.
Las radiografías realizadas en la década de 1980 mostraron que se habían introducido tres puntas de flecha en la cavidad de la médula del fémur, sugiriendo que este hueso había sido utilizado como carcaj para almacenar proyectiles.
Identificación de compuestos tóxicos
No obstante, los arqueólogos también identificaron una sustancia desconocida dentro de la misma cavidad mediante nuevas imágenes obtenidas a través de un tomógrafo computarizado. El análisis químico de una pequeña muestra reveló la presencia de digitoxina y estrofantidina, dos compuestos vegetales tóxicos que se asocian comúnmente con venenos utilizados en la caza con arco.
Además, se encontraron rastros de ácido ricinoleico, un derivado altamente tóxico presente en la planta del ricino. Estos descubrimientos sugieren que los componentes fueron combinados para formar una receta venenosa.
Implicaciones del hallazgo
Los arqueólogos han afirmado que esta es la receta más antigua y compleja documentada hasta el momento para un veneno destinado a la caza. Según Bradfield, estas mezclas evidencian no solo las habilidades cognitivas avanzadas de quienes las crearon, sino también su profundo conocimiento en farmacología tradicional.
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