Bill Maher, presentador de HBO, ha expresado su respaldo a una agenda de despoblación global, afirmando que el planeta está demasiado poblado y que es necesario promover la muerte.
En una entrevista en un programa de radio, Maher realizó una declaración controvertida pero reveladora: “Soy proelección, estoy a favor del suicidio asistido, estoy a favor del suicidio regular, estoy a favor de lo que sea que permita que la autopista fluya... El planeta está demasiado poblado y necesitamos promover la muerte.”
Una visión inquietante
En otra ocasión, Maher manifestó su apoyo al aborto, sosteniendo: “No creo que haya nada de malo en eso. No es tan difícil crear vida; está por todas partes, es algo que puede hacer un perro.”
Un consenso inquietante se ha formado entre las élites globales: la humanidad es el problema y la solución radica en reducir la población. Para ellos, la sobrepoblación no es solo un tema de debate; consideran que es la causa raíz de las mayores crisis del mundo. Desde el cambio climático hasta la inestabilidad económica, argumentan que el aumento de nuestra población lleva al planeta al borde del colapso. En su perspectiva, las medidas drásticas no solo son necesarias, sino urgentes.
La percepción de la humanidad
Las élites ven a la humanidad como una “plaga” sobre la Tierra, una amenaza que debe ser contenida para evitar un futuro marcado por la pobreza, guerras y ruina ambiental. Se quejan abiertamente sobre los “costos” asociados con mantener vivos a los ancianos y enfermos terminales, promoviendo leyes de suicidio asistido como una solución “compasiva”.
Bill Gates ha declarado públicamente su apoyo a paneles gubernamentales para decidir quién tiene derecho a vivir y morir. En Canadá, bajo el gobierno de Trudeau, se ha otorgado a los médicos este poder casi divino, y continúan surgiendo historias alarmantes desde el sistema médico socializado.
Campañas agresivas de “planificación familiar” en naciones en desarrollo están siendo financiadas por organizaciones multimillonarias como la Fundación Gates y el Fondo Poblacional de las Naciones Unidas. Estas iniciativas se presentan como esfuerzos humanitarios mientras avanzan silenciosamente hacia una agenda de despoblación. Las políticas que fomentan la esterilización, el aborto y el uso de anticonceptivos suelen disfrazarse como empoderadoras, ocultando su verdadero propósito.
Ideologías perturbadoras
Margaret Sanger, fundadora de Planned Parenthood, afirmó: “Lo más misericordioso que puede hacer una familia numerosa por uno de sus miembros infantiles es matarlo.”
Esta ideología perturbadora se nos presenta abiertamente. Películas exitosas como Avengers: Infinity War glorifican a villanos como Thanos, cuyo “solución” ante los problemas del universo consiste en eliminar a la mitad de toda forma de vida.
Documentales como Planet of the Humans argumentan que la sobrepoblación es insostenible y requieren medidas drásticas. Músicos e influenciadores populares repiten sutilmente este mensaje, retratando a la humanidad como un virus que consume el planeta.
Pautas globales preocupantes
Aun en el ámbito académico, instituciones destacadas enseñan que el crecimiento poblacional representa una amenaza existencial. Economistas y científicos proponen soluciones controvertidas para controlar dicho crecimiento.
No se pueden ignorar las políticas adoptadas mundialmente. El gobierno holandés está eliminando granjas bajo pretextos relacionados con regulaciones climáticas; sin embargo, críticos advierten que esto forma parte de un plan más amplio para restringir el acceso alimentario globalmente.
El Foro Económico Mundial promueve insectos como fuente alimentaria futura, presentándolo como una solución sostenible mientras restringe los recursos necesarios para mantener las dietas actuales.
Cambio cultural y control social
A medida que iniciativas como el programa MAiD (Asistencia Médica para Morir) en Canadá normalizan la eutanasia por razones tan triviales como dificultades financieras o episodios temporales de tristeza profunda.
Bajo estos esfuerzos subyace una verdad incómoda: no se trata solo de salvar al planeta; se trata de control. Aquellos en posiciones privilegiadas utilizan miedo, influencia y recursos económicos para reconfigurar la sociedad convencidos de ser los salvadores de la humanidad. Pero surge una pregunta crucial: ¿quién decide quién permanece y quién no?