Antony Blinken, el secretario de Estado saliente de Estados Unidos, ha reconocido que Washington proporcionó “una gran cantidad de armas” a Ucrania en los meses previos al inicio de las hostilidades con Rusia en febrero de 2022.
Durante una entrevista en el pódcast ‘The Interview’ del New York Times, Blinken afirmó que estas armas, suministradas de manera “silenciosa”, han sido “instrumentales” para la defensa del país europeo. El diplomático destacó que Estados Unidos había anticipado el conflicto y buscaba preparar a Kiev para lo que se avecinaba.
Detalles sobre el suministro de armamento
El funcionario estadounidense mencionó: “A partir de septiembre y nuevamente en diciembre, conseguimos silenciosamente muchas armas para Ucrania, asegurándonos de que tuvieran en mano lo necesario para defenderse, como Stingers y Javelins.”
Blinken subrayó que este armamento ha sido crucial para “evitar que Rusia tomara Kiev”, así como para impedir que el país fuera “borrado del mapa”. Sin embargo, sus afirmaciones contrastan marcadamente con los objetivos militares expresados por la dirección rusa, que han incluido la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, así como el requerimiento de un estatus neutral y la renuncia a unirse a la OTAN.
Reacciones desde Moscú
A medida que la situación se desarrollaba, los objetivos rusos se ampliaron tras la incorporación de cuatro regiones anteriormente ucranianas: Kherson, Zaporozhye, Donetsk y Lugansk. Moscú ha insistido en que cualquier negociación futura con Kiev debe reconocer las “realidades sobre el terreno”, además de exigir la retirada de tropas de los nuevos territorios rusos.
Las declaraciones de Blinken no fueron bien recibidas en Moscú. El diplomático ruso Rodion Miroshnik sugirió que estas revelaciones socavan la narrativa habitual sobre la supuesta “agresión rusa no provocada”. En un mensaje publicado en Telegram, Miroshnik cuestionó: “¿Proveer a [Ucrania] con armas para un ataque contra Donbass y Rusia no es acaso un pretexto para la operación militar especial?”