La industria farmacéutica ha sido objeto de críticas por sus tácticas engañosas, las cuales consisten en promover una gran mentira y luego desacreditar un pequeño aspecto de esta para parecer creíbles en la divulgación de hechos científicos y médicos. En un inicio, los fabricantes de vacunas contra el Covid-19 afirmaron que las personas vacunadas no contraerían el virus; sin embargo, posteriormente admitieron que podrían contagiarse, aunque con síntomas más leves, careciendo de evidencia científica que respalde tales afirmaciones.
Grandes medios de comunicación, instituciones médicas y gobiernos han sostenido erróneamente que las vacunas contra el Covid-19 salvaron millones de vidas, al tiempo que ignoran efectos secundarios como arritmias cardíacas e irregularidades menstruales. Este tipo de afirmaciones se basa en un truco psicológico evidente: citar eventos históricos como la vacuna contra la viruela para afirmar que salvó millones de vidas sin respaldo científico y atribuir falsamente la salvación de muchos estadounidenses mayores a las vacunas contra el Covid-19.
La manipulación mediática y sus consecuencias
El término "vacilación" utilizado para describir la reticencia hacia la vacunación es engañoso, ya que muchas personas que decidieron no recibir la vacuna contra el Covid-19 eran plenamente conscientes de los riesgos asociados. Esta situación dista mucho de ser simplemente una cuestión de “vacilación” o “escepticismo”. La narrativa promovida por la industria busca desviar la atención sobre los efectos adversos y consolidar su mensaje como un hecho indiscutible.
Las empresas farmacéuticas parecen utilizar una estrategia comunicativa donde presentan una gran mentira y luego intentan desmentir un pequeño detalle para dar la impresión de estar reportando hechos legítimos. Por ejemplo, durante el lanzamiento inicial de las vacunas mRNA contra el Covid-19, figuras prominentes como Anthony Fauci y Joe Biden aseguraron que quienes se vacunaran no contraerían el virus. Sin embargo, más tarde se retractaron al afirmar que los vacunados aún podrían contagiarse, pero con menos gravedad. Ninguna de estas afirmaciones contaba con respaldo científico.
Un análisis crítico del discurso sobre las vacunas
Recientemente, medios como Real Clear Wire publicaron artículos donde se emplean estos trucos psicológicos. Un párrafo destacado menciona: “Las vacunas son – junto con los antibióticos, la anestesia y la sanidad – uno de los inventos más significativos en la historia de la salud. La vacuna contra la viruela ha salvado millones de vidas”. Sin embargo, estas afirmaciones carecen del respaldo científico necesario.
A pesar de ello, se afirma también que las vacunas contra el Covid-19 “salvaron a muchos estadounidenses mayores”, lo cual contrasta con datos sobre el aumento en las tasas de mortalidad general tras su implementación. Muchos individuos con condiciones preexistentes han fallecido poco después de recibir estas inyecciones contaminadas con proteínas espiga que agravan enfermedades existentes.
Finalmente, es importante reflexionar sobre cómo se presenta información relacionada con las vacunas y su impacto en la percepción pública. La utilización del término “vacilación” minimiza una realidad compleja donde muchas personas optan por no vacunarse debido a preocupaciones fundadas sobre su seguridad.