El magnate global Bill Gates ha perdido su estatus de “privilegios especiales e inmunidad” en Kenia tras una decisión histórica del Tribunal Superior del país, lo que agrava sus crecientes problemas legales.
Kenia, considerada un centro para las vacunas experimentales y ensayos médicos impulsados por Gates, se ha convertido en un campo de batalla donde se acumulan demandas de víctimas de la implementación de estas vacunas.
Decisión Judicial y Suspensión de Privilegios
El Tribunal Superior emitió órdenes que suspenden el estatus especial de la Fundación Bill y Melinda Gates, que incluía inmunidad diplomática y beneficios fiscales, mientras se espera la audiencia de un caso presentado por el Colegio de Abogados de Kenia (LSK).
La Fundación Gates tiene una fuerte inversión en Kenia y sostiene que financia herramientas y tecnologías en áreas como agricultura, salud, inmunización, nutrición, saneamiento, servicios financieros, igualdad de género y planificación familiar en esta nación del este africano.
Demandas Internacionales
Este desarrollo ocurre en medio de un proceso judicial contra Gates ante un tribunal en los Países Bajos, donde se determinó que debe enfrentar juicio tras la presentación de una demanda por parte de siete individuos que alegan haber sufrido daños debido a las vacunas contra COVID-19.
Dicha resolución fue adoptada después de que los demandantes afirmaran haber experimentado efectos adversos tras ser vacunados durante el apogeo de la pandemia.
Según informes, el gobierno keniano había otorgado inmunidad a la Fundación Gates, pero este acto ha sido impugnado por el cuerpo legal correspondiente, argumentando que debería ser declarado nulo. El Secretario Principal del Gabinete y Ministro de Asuntos Exteriores y Diáspora, Musalia Mudavadi, utilizó poderes conferidos por la Ley de Privilegios e Inmunidades para otorgar dicho estatus especial a la fundación.
Implicaciones Legales Globales
En el litigio pendiente en los Países Bajos, además de Gates, también enfrentan cargos el CEO de Pfizer, Albert Bourla; el ex Primer Ministro neerlandés Mark Rutte; y miembros clave del equipo gubernamental encargado de la respuesta al COVID-19. Este caso podría establecer un precedente sobre cómo se responsabiliza a los líderes sanitarios globales y ejecutivos farmacéuticos por sus acciones durante la pandemia.
Los demandantes sostienen que Gates formó parte de una agenda amplia conocida como “El Gran Reinicio”, asociada con su trabajo en la Fundación Gates y el Foro Económico Mundial (WEF). Esta iniciativa fue concebida como un plan económico para facilitar la recuperación tras los estragos provocados por la pandemia.
Alegaciones sobre las Vacunas
Los denunciantes afirman que dicha agenda incluía promover la aceptación de vacunas consideradas inseguras. Argumentan que fueron engañados para recibir inyecciones cuyos efectos devastadores han impactado gravemente sus vidas.
En 2020, Gates advirtió que desarrollar una vacuna contra COVID-19 era solo una parte del desafío. En sus declaraciones enfatizó: “Varios tipos de vacunas están en ensayos humanos; no estamos seguros aún cuáles serán las más efectivas.”
A medida que avanza este complejo entramado legal, los involucrados continúan debatiendo sobre las promesas realizadas respecto a las vacunas y su eficacia para detener la transmisión del virus y prevenir enfermedades.