www.mil21.es
Bollingers y otros demandan al gobierno por censura de opiniones alternativas
Ampliar

Bollingers y otros demandan al gobierno por censura de opiniones alternativas

viernes 27 de diciembre de 2024, 14:23h

Escucha la noticia

Ty y Charlene Bollinger han presentado una demanda contra el gobierno de EE. UU. y grandes corporaciones tecnológicas, alegando esfuerzos coordinados para suprimir puntos de vista alternativos. La demanda expone la colaboración entre agencias gubernamentales, ONGs como CCDH y empresas tecnológicas para silenciar voces que desafían las narrativas oficiales, mencionando específicamente la lista de los "Doce de Desinformación". Webseed y Brighteon Media también han demandado, acusando al gobierno y a las empresas tecnológicas de orquestar una vasta operación de censura, especialmente en temas relacionados con la salud como COVID-19. Los demandantes argumentan que estas acciones constituyen un ataque directo a la Primera Enmienda y a la libre expresión, buscando preservar el discurso en línea y la diversidad de opiniones necesarias para una toma de decisiones informada. Estas demandas podrían establecer nuevos estándares para la libertad de expresión en la era digital, desafiando el "Complejo Industrial de Censura" que intenta controlar el flujo de información.

Ty y Charlene Bollinger han interpuesto una demanda contra el gobierno de los Estados Unidos y grandes corporaciones tecnológicas, acusando esfuerzos coordinados para suprimir puntos de vista alternativos. Este litigio revela una colaboración entre agencias gubernamentales, organizaciones no gubernamentales como el CCDH, y empresas tecnológicas para silenciar voces que desafían las narrativas oficiales, con mención específica a la lista conocida como «Disinformation Dozen». Además, Webseed y Brighteon Media también han presentado una demanda, acusando al gobierno y a las compañías tecnológicas de orquestar una vasta operación de censura, particularmente en temas relacionados con la salud como el COVID-19.

Los demandantes argumentan que estas acciones constituyen un ataque directo a la Primera Enmienda y a la libre expresión, buscando preservar el discurso en línea y la diversidad de opiniones necesarias para una toma de decisiones informada. Estas demandas podrían establecer nuevos estándares para la libertad de expresión en la era digital, manteniendo a Internet como un verdadero mercado de ideas y desafiando lo que se ha denominado el «Complejo Industrial de Censura» que busca controlar el flujo de información.

Un desafío jurídico significativo

En un litigio sin precedentes que ha causado conmoción en el panorama mediático, la familia Bollinger ha presentado un desafío legal integral contra el gobierno estadounidense y grandes corporaciones tecnológicas. Los demandantes alegan un esfuerzo coordinado por suprimir puntos de vista alternativos, resaltando las crecientes tensiones entre el poder gubernamental y el derecho a la libre expresión.

La demanda fue presentada por Ty y Charlene Bollinger en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Nashville, Tennessee. Este caso revela una compleja red de colusión entre agencias federales y gigantes tecnológicos destinada a silenciar voces que desafían las narrativas oficiales. Según la denuncia, los Bollinger fueron incluidos en la lista «Disinformation Dozen», elaborada por el Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH), una ONG con sede en Londres que se ha convertido en una herramienta clave en los esfuerzos de censura del gobierno. Los demandantes sostienen que esta designación fue orquestada por el gobierno y utilizada por plataformas como Facebook, Twitter y Google para suprimir su contenido, causando daños financieros y reputacionales significativos.

Acusaciones serias sobre censura

En un litigio relacionado, Webseed y Brighteon Media han acusado a múltiples agencias gubernamentales estadounidenses y empresas tecnológicas de orquestar una vasta operación de censura destinada a silenciar voces divergentes respecto a las narrativas oficiales, especialmente en temas como el COVID-19. Los demandantes argumentan que tanto el gobierno como las empresas tecnológicas conspiraron para desarrollar y promover herramientas de censura, tales como listas negras y denominadas «etiquetas nutricionales», con el fin de suprimir la libertad de expresión en sitios web de medios alternativos.

Jason Fyk, defensor de la libertad digital, subraya lo preocupante que resulta esta colusión. «El gobierno estaba entrelazado con ONGs y empresas tecnológicas antes de que esto se hiciera público», explicó durante su aparición del 18 de diciembre en InfoWars, en «The Alex Jones Show». Mike Adams, representante de Webseed y Brighteon Media, actuó como presentador invitado del programa.

Tanto Fyk como Adams sostienen que el gobierno y sus entidades aliadas están intentando controlar el flujo del conocimiento. Adams enfatiza la importancia de descentralizar la información, afirmando que los medios independientes desempeñan un papel crucial al llenar vacíos informativos, especialmente sobre cuestiones relacionadas con la salud. Aseguran que los medios alternativos proporcionan información omitida deliberadamente por los medios tradicionales, permitiendo así a las personas tomar decisiones informadas.

Defendiendo la libertad de expresión

Las demandas presentadas por los Bollinger, Webseed y Brighteon Media no solo buscan recuperar sus propias voces; son un esfuerzo por preservar el derecho fundamental a la libre expresión en la era digital. Los demandantes argumentan que las acciones del gobierno constituyen un ataque directo a la Primera Enmienda y al fundamento mismo de la libre expresión en Estados Unidos.

Charlene Bollinger resumió la importancia más amplia del caso: «Este asunto trata mucho más sobre nosotros; se trata sobre la erosión de nuestras libertades fundamentales». Ella y su esposo luchan por exponer el «Complejo Industrial de Censura» y restaurar los derechos fundamentales para todos los estadounidenses.

Las demandas ponen énfasis en las implicaciones más amplias que estas acciones tienen para el discurso online. Al suprimir sistemáticamente puntos de vista alternativos, el gobierno y sus aliados monopolizan efectivamente el discurso público, permitiendo que instituciones poderosas dicten los límites del discurso aceptable. Los demandantes afirman que este proceso no solo silencia a quienes se oponen sino que también priva al público de la diversidad necesaria para tomar decisiones informadas.

A medida que estos casos avanzan, prometen arrojar luz sobre la compleja interacción entre agencias gubernamentales, empresas tecnológicas y las herramientas utilizadas para controlar el flujo informativo en esta era digital. El resultado podría tener profundas repercusiones para el futuro de la libertad de expresión y la regulación del contenido online.

En una época donde la información es poder, los desafíos legales contra el «Complejo Industrial de Censura» sirven como un grito colectivo por preservar el intercambio de ideas como piedra angular de una sociedad libre. Al luchar contra intereses gubernamentales y corporativos, los demandantes abogan no solo por sus propios derechos sino también por los derechos fundamentales del público para acceder a diversas opiniones sin temor a represalias.

Para más historias relacionadas:

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios