Estudio revela que las vacunas COVID-19 son 375,000% más mortales que vacunas retiradas en el pasado

La necesidad de retirar las vacunas de ARN mensajero contra la COVID-19 del mercado es urgente, según el destacado epidemiólogo Nicholas Hulscher. Este especialista subraya que, a lo largo de la historia, otras vacunas, como la vacuna Cutter contra la poliomielitis en 1955, fueron retiradas rápidamente tras un número significativamente menor de muertes. En el caso de la vacuna Cutter, se tomó esta decisión después de solo diez fallecimientos. En contraste, las vacunas contra la COVID-19 han sido vinculadas a un asombroso aumento del 375,000% en muertes reportadas, mientras que los reguladores continúan promoviendo dosis adicionales de refuerzo.

Recientemente se publicó un estudio revisado por pares titulado “Retiro de productos farmacéuticos y la vacilación educada hacia nuevos medicamentos y vacunas novedosas”, en el International Journal of Risk & Safety in Medicine.

Resumen del estudio

El estudio presenta una revisión sistemática sobre el retiro de productos farmacéuticos del mercado debido a eventos adversos. Entre 1953 y 2013, se registraron 462 retiros. En la actualidad, los índices de mortalidad excesiva son alarmantemente altos en varios países, aunque estos datos suelen recibir escasa atención mediática.

Antecedentes: Muchos productos farmacéuticos lanzados para mejorar la salud pública han tenido que ser retirados debido a efectos adversos significativos. La revisión sistemática destaca que durante el periodo mencionado se produjeron numerosos retiros del mercado.

Objetivo: Analizar los retiros clave de productos farmacéuticos y extraer lecciones que informen sobre el uso actual de las vacunas contra la COVID-19 basadas en tecnología genética.

Métodos y resultados

Métodos: Se llevó a cabo una revisión narrativa selectiva de los retiros históricos y las comparaciones con las recientes vacunas contra la COVID-19.

Resultados: Se observan paralelismos entre los retiros pasados y las vacunas basadas en genes, incluyendo distorsiones en los datos de ensayos clínicos y falta de información crítica sobre eventos adversos en publicaciones científicas relevantes. Además, se ha evidenciado una demora en la acción regulatoria relacionada con datos de farmacovigilancia.

Conclusión: Es fundamental garantizar el acceso a los datos brutos de ensayos clínicos y promover una mayor transparencia por parte de las corporaciones, así como fortalecer la vigilancia farmacológica a nivel global.

Cifras alarmantes

Las cifras presentadas revelan un número sorprendentemente alto de reportes de muertes relacionadas con las inyecciones contra la COVID-19 en comparación con todas las demás vacunas desde 1990. La indiferencia mostrada por las autoridades regulatorias ante esta clara señal de alerta es motivo de gran preocupación.

A medida que avanzamos hacia un futuro incierto, es imperativo que se tomen decisiones rápidas para retirar estas inyecciones mortales del mercado.

La falta de acción podría resultar en una pérdida irreversible de confianza en nuestras instituciones gubernamentales y constituiría un grave des servicio a la población estadounidense, muchos de los cuales están rechazando las dosis adicionales sin datos humanos suficientes.

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