Correos internos explosivos de la Administración de Bienes Terapéuticos de Australia (TGA), obtenidos a través de solicitudes de Libertad de Información (FOI), revelan que la agencia estaba al tanto de los riesgos de contaminación por ADN asociados con las vacunas de ARNm, pero engañó repetidamente al público sobre esta información.
Los correos electrónicos muestran que el personal de alto nivel de la TGA era consciente de que componentes de las vacunas de ARNm podían ingresar al núcleo celular e integrarse en el genoma humano, contradiciendo sus afirmaciones públicas que aseguraban que tal integración era imposible. En lugar de investigar los riesgos, la agencia se preocupaba principalmente por “calmar los temores del público” para evitar socavar la confianza pública y poner en peligro la aceptación masiva de las vacunas.
Revelaciones Impactantes
La doctora Mel McCann, quien descubrió los correos electrónicos a través de su solicitud FOI, expresó su asombro ante lo que revelan sobre las verdaderas prioridades de la TGA. “En lugar de contemplar las consecuencias catastróficas de la integración del ADN en el genoma humano o su oncogenicidad, los hilos del correo electrónico se centran en sanear la declaración pública”, comentó.
La doctora McCann afirmó que los correos mostraban un “desprecio vergonzoso por el riesgo para el público”. Esta situación no debería sorprender a McCann, ya que abogados que representan a la TGA argumentaron recientemente para desestimar una acción colectiva por lesiones relacionadas con la vacuna Covid que ella lidera, basándose en que los funcionarios de la TGA (entre otros) no tenían un deber de cuidado hacia los ciudadanos australianos que resultaron heridos por los productos médicos que aprobaron y promovieron.
Puntos Clave
- El personal de la TGA no tenía conocimiento sobre pruebas relacionadas con la integración del ARNm/ADN en el genoma humano.
- La TGA sabe que el potenciador/promotor SV40 en la vacuna Pfizer puede arrastrar ADN hacia el núcleo celular.
- Pfizer no divulgó la secuencia SV40 al regulador.
El 18 de octubre, la TGA publicó una declaración pública titulada 'Abordando desinformación sobre el exceso de ADN en las vacunas de ARNm'. Esta declaración se emitió tras la publicación de un informe del virólogo canadiense Dr. David Speicher, alegando la presencia de fragmentos sintéticos de ADN plasmídico en viales australianos modificados de vacunas Covid basadas en ARNm, con niveles hasta 145 veces superiores al límite regulatorio.
El asunto ganó atención mediática nacional después de una votación del Consejo del municipio minero Port Hedland el 11 de octubre, pidiendo la suspensión inmediata de las vacunas mientras se investigaba sobre la contaminación por ADN debido a los posibles riesgos relacionados con la integración genómica, cánceres y otros impactos en salud a largo plazo.
Afirmaciones Engañosas
La declaración emitida por la TGA estaba plagada de afirmaciones falsas y engañosas. Ahora, correos electrónicos liberados bajo FOI revelan que la TGA retuvo intencionalmente información sobre los riesgos relacionados con la contaminación por ADN del público. Entre los involucrados en estas comunicaciones estaban miembros del Departamento Científico (Secciones de Toxicología y Ciencias Biológicas), el Departamento de Farmacovigilancia y el equipo de Comunicaciones, incluso el director general Tony Lawler, lo cual demuestra que el personal en niveles más altos era consciente sobre los riesgos potenciales asociados con el ADN plasmídico sintético presente en las inyecciones modificadas por ARNm.
Agradecimientos a la doctora Melissa McCann, cuya solicitud para obtener toda correspondencia relacionada con las acusaciones sobre contaminación por ADN ha expuesto aún más la duplicidad del regulador respecto a este asunto.
Posibilidad Real
Contrario a lo afirmado públicamente por funcionarios como parte del mensaje oficial, correos internos indican que hay reconocimiento entre algunos empleados acerca del potencial riesgo relacionado con elementos extraños presentes en las vacunas. Un miembro del personal planteó: “¿Es biológicamente posible que un ADN residual pueda ser incorporado al genoma?” La respuesta fue clara: “Sí, aunque poco probable”. Esto contrasta directamente con las declaraciones oficiales negando cualquier posibilidad.
Además, otro empleado sugirió eliminar afirmaciones especulativas sobre si el ADN residual podría integrarse o no. Sin embargo, finalmente se mantuvieron estas afirmaciones sin evidencia científica sólida para respaldarlas.
Ciencia y Regulación
Científicos han expresado preocupación ante lo que consideran una falta grave en cuanto a comprensión y regulación. Kevin McKernan, científico genómico responsable del descubrimiento inicial sobre contaminación por ADN en las vacunas Covid, enfatiza: “La TGA aún no comprende el riesgo asociado con LNPs (nanopartículas lipídicas) y cómo esto hace irrelevante el límite regulatorio”. Además, señala que todos sus argumentos se basan en estudios previos relacionados con ADN desnudo y no aplicables a situaciones actuales donde este está encapsulado dentro LNPs.
Por su parte, Dr. David Speicher ha manifestado alarma ante estos hallazgos recientes e insiste en que deberían haberse abordado antes durante las solicitudes regulatorias. Las implicaciones son claras: si bien existen mecanismos teóricos para evitar riesgos significativos relacionados con contaminantes genéticos, es evidente que estos deben ser evaluados adecuadamente antes y durante cualquier proceso aprobatorio relacionado con nuevas tecnologías médicas.