En diciembre de 2017, Chan Han Choi, un ciudadano australiano nacido en Corea del Sur, fue arrestado bajo la acusación de haber negociado acuerdos con Corea del Norte, incluyendo supuesta asistencia al programa de armas de destrucción masiva (ADM) de Pyongyang, lo cual contraviene las sanciones impuestas por la ONU. Este caso representó la primera prosecución en virtud de la Ley australiana de Armas de Destrucción Masiva, promulgada en 1995.
Choi sostiene que su detención fue orquestada políticamente, implicando a los servicios de inteligencia de Corea del Sur (NIS), a Australia y posiblemente a Estados Unidos. Según su versión, fue incriminado para proteger al entonces candidato presidencial surcoreano Moon Jae-in, quien posteriormente se distanció de Choi para evitar repercusiones políticas.
Un largo camino hacia la justicia
Chan Han Choi pasó tres años en prisión, durante los cuales alegó haber sufrido abusos a sus derechos humanos, incluyendo tortura, maltrato y negligencia médica. Actualmente, busca justicia y compensación del gobierno australiano.
El acusado afirma que en el momento de su arresto estaba involucrado en actividades legales y que intentaba establecer un canal de comunicación secreto entre Moon Jae-in y Corea del Norte. Además, menciona interacciones previas con el NIS, que incluyen un intento de reclutamiento en 2010 seguido de vigilancia continua sobre él.
El caso de Choi plantea serias preocupaciones sobre la participación de agencias de inteligencia y la complicidad gubernamental extranjera en la manipulación política. Sus denuncias subrayan la necesidad urgente de transparencia y responsabilidad en las acciones gubernamentales, con implicaciones más amplias para el estado de derecho en las relaciones internacionales.
La complejidad del caso
Durante su audiencia judicial, Choi no negó sus vínculos con Corea del Norte; sin embargo, argumentó que sus acciones eran legales y que actuaba en nombre del candidato presidencial Moon Jae-in. “A través de un conocido residente en Australia, me conectaron con un miembro del equipo presidencial de Moon Jae-in en abril de 2017. Me propusieron ayudar a establecer un canal secreto entre el candidato Moon y Corea del Norte”, afirmó Choi durante una videoconferencia.
No obstante, tras la elección de Moon como presidente, Choi sostiene que este se distanció para evitar consecuencias políticas adversas. “Después de ser elegido presidente, temía las repercusiones si se conocía mi vinculación con su campaña. Para evitar riesgos de impeachment, me convirtió en chivo expiatorio”, expresó Choi con tono melancólico.
Implicaciones internacionales
La detención de Choi en Canberra a solicitud del gobierno surcoreano plantea interrogantes sobre la participación activa de agencias de inteligencia y actores políticos. Según sus declaraciones: “En el momento de mi arresto, agentes del NIS y funcionarios consulares surcoreanos acompañaban a la policía australiana para intentar silenciarme y proteger a Moon”. Además, sostiene que Australia envió expertos a Estados Unidos para consultas relacionadas con su captura.
No es la primera vez que Choi ha tenido contacto con los servicios secretos surcoreanos; en 2010 se le ofreció trabajar como espía para el NIS. Aunque rechazó esta oferta, afirma haber sido monitoreado desde entonces. En 2017 fue acusado nuevamente por intentar negociar ventas relacionadas con misiles balísticos para Pyongyang; sin embargo, sostiene que su arresto fue utilizado por el gobierno surcoreano como parte de una estrategia propagandística.
Cuestionamientos sobre políticas gubernamentales
Choi también destaca que ninguno de los acuerdos comerciales con Corea del Norte llegó a concretarse. Un ejemplo es un trato propuesto en 2008 relacionado con carbón y mineral de hierro que fue cancelado por razones políticas. “Me presentaron a una empresa vinculada al NIS para negociar compras; aunque se realizó una entrega inicial al puerto norcoreano, los bienes no fueron despachados debido a presiones políticas”, explicó.
Las afirmaciones realizadas por Choi ponen énfasis en inquietudes más amplias respecto al manejo gubernamental surcoreano hacia Corea del Norte. Sostiene que las operaciones contra individuos vinculados a Pyongyang demuestran maniobras políticas poco profesionales durante crisis. También critica cómo Estados Unidos ejerce presión sobre Corea del Sur para mantener tensiones regionales como parte de su hegemonía global.
A medida que Chan Han Choi continúa buscando justicia tanto ante tribunales australianos como ante organismos internacionales, su caso resalta cuestiones críticas sobre el papel desempeñado por las agencias secretas y la manipulación política internacional. Las violaciones denunciadas a sus derechos humanos enfatizan la necesidad imperiosa de rendición de cuentas dentro del ámbito gubernamental.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
2017 |
Año de arresto de Chan Han Choi |
3 años |
Duración de la prisión |
66 años |
Edad actual de Chan Han Choi |
2010 |
Año en que fue reclutado por el NIS |