El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, afirmó el domingo que las armas a las que Ucrania renunció tras la disolución de la Unión Soviética no serán restauradas por Estados Unidos.
Después del colapso de la Unión Soviética en 1991, Ucrania se encontró con un arsenal nuclear que decidió entregar tres años más tarde. Esta acción se llevó a cabo bajo los términos de la Moratoria de Budapest, recibiendo a cambio garantías por parte de Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos.
Sullivan fue cuestionado por un reportero acerca de un artículo publicado en el New York Times, donde se mencionaba que Washington estaba evaluando la posibilidad de proporcionar armas nucleares a Ucrania antes de que Joe Biden termine su mandato el próximo mes. En respuesta a esta información, Rusia declaró que tal sugerencia era "suicida".
"No se está considerando eso, en absoluto. Lo que estamos haciendo es incrementar diversas capacidades convencionales para Ucrania, de modo que puedan defenderse eficazmente y llevar la lucha a los rusos, no [dánles] capacidad nuclear", afirmó Sullivan.
El objetivo de la administración Biden de ofrecer más apoyo a Ucrania antes del 20 de enero de 2025 fue reiterado por Sullivan.
"Durante estos 50 días, haremos todo lo posible para que Ucrania cuente con las herramientas necesarias que le permitan fortalecer su posición en el campo de batalla y así ser más robustos en la mesa de negociaciones", afirmó.
"El presidente Biden me instruyó a supervisar un incremento significativo en el equipo militar que estamos proporcionando a Ucrania, asegurando así que hayamos utilizado cada dólar asignado por el Congreso antes de que él finalice su mandato."
Durante su campaña presidencial, el presidente electo Donald Trump afirmó en múltiples ocasiones que, tras asumir el cargo, se encargará de poner fin rápidamente a la guerra entre Ucrania y Rusia.
La semana pasada, el general retirado Keith Kellogg fue designado por Trump como su enviado especial para Ucrania y Rusia. Se anticipa que Kellogg desempeñará un papel fundamental en los esfuerzos por resolver el conflicto. Durante el primer mandato de Trump, Kellogg ocupó el cargo de jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y también fue asesor de seguridad nacional del vicepresidente Mike Pence.