Israel restringe cada vez más la ayuda que entra y se distribuye en Gaza. La Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria (OCHA) afirma que el acceso a la gobernación del norte de Gaza, asediado desde principios de octubre, sigue siendo “extremadamente limitado”.
Durante el fin de semana, la ONU no pudo acceder a la zona y se teme por la suerte de los palestinos que permanecen allí. OCHA pide urgentemente a Israel que permita las operaciones humanitarias a la escala necesaria, dadas las enormes necesidades.
Durante los últimos tres días, equipos humanitarios, de derechos humanos y de la oficina de desminado han entrevistado a cientos de familias que se refugian en Ciudad de Gaza, incluyendo algunas que han llegado en las últimas semanas de la gobernación del norte de Gaza.
Algunas familias desplazadas han buscado refugio en casas abandonadas o clínicas destruidas, mientras que otras están a la intemperie en la calle o en campos, expuestas a las inclemencias del tiempo.
En uno de los sitios visitados, encontraron a más de una docena de familias —incluyendo personas con discapacidades y otras con necesidades médicas urgentes— refugiadas en el sótano de un edificio gravemente dañado. El espacio carecía de electricidad y estaba lleno de aguas residuales.
Para quienes se encuentran en escuelas convertidas en refugios, las condiciones también son terribles. No hay suficientes baños, lo que obliga a muchos a hacer sus necesidades en los mismos lugares donde duermen. Los desplazados expresaron su temor a los perros callejeros durante la noche, ya que las escuelas carecen de muros.
Los equipos de la ONU alertaron de que se necesita atención médica con urgencia, además de comida, lonas, tiendas de campaña, mantas, ropa de abrigo, zapatos, calefactores y combustible, ya que se acerca el invierno.
Insuficiente ayuda humanitaria
Preguntando por el plazo de 30 días que dio el gobierno de Estados Unidos al de Israel para aumentar la ayuda humanitaria que entra en la Franja a 350 camiones al día, el portavoz del Secretario General dijo que del 1 al 7 de noviembre “se pudieron recoger 480 camiones (en total) de ayuda humanitaria en los pasos fronterizos de Gaza, que incluyen Erez Oeste, Kerem Shalom y la llamada Puerta 96”. “Ese nivel no se acerca ni de lejos a lo que necesitamos para ayudar a los más de dos millones de civiles”, sostuvo Stephan Dujarric.
El viernes, un grupo de expertos en crisis alimentarias alertó de que es probable que ya se esté produciendo una hambruna en el norte de Gaza.
El responsable de UNRWA, Philippe Lazzarini, dijo en su cuenta de X que esto “tristemente no es una sorpresa”. “El Estado de Israel ha convertido el hambre en un arma”, denunció Lazzarini, explicando que lo que se permite entrar en Gaza “una media de poco más de 30 camiones al día”, supone “poco más del 6% de las necesidades diarias”.
Misiones denegadas
A la falta de suministros se añaden los continuos rechazos por parte de las autoridades israelíes a las misiones para distribuir la ayuda de la ONU y otras organizaciones.
Según un informe publicado este lunes, aproximadamente el 43% de todos los movimientos humanitarios coordinados con las autoridades israelíes en toda la franja de Gaza en octubre fueron denegados, y un 16% adicional fue obstaculizado. Sólo el 37 % de estos movimientos se facilitó sin problemas.
El acceso humanitario al norte de Gaza fue extremadamente limitado. El 85% de las 98 misiones solicitadas por OCHA fueron denegadas u obstaculizadas. Solo 9 pudieron pasar sin problemas. En una sola semana, OCHA presentó cinco solicitudes para rescatar a personas atrapadas bajo los escombros. Todas fueron rechazadas.
Los intentos de coordinar la evacuación de un miembro del personal de la ONU herido en el área de Jabalia también fueron denegados, y las autoridades israelíes sugirieron que esta persona podría intentar ser llevada a pie por sus familiares ondeando banderas blancas para identificarse.
Denegación de la ayuda a hospitales
El 12 de octubre, durante una misión de la Organización Mundial de la Salud para trasladar a pacientes gravemente enfermos, un conductor de ambulancia fue despojado de su ropa, vendado y retenido en un puesto de control por soldados israelíes, a pesar de ser parte de un convoy autorizado. Los soldados israelíes también instruyeron a un miembro del personal de la ONU a posicionar su vehículo para proteger al personal militar durante este incidente.
El 20 de octubre, Israel impidió que una misión coordinada al hospital Kamal Adwan, liderada por la Organización Mundial de la Salud, entregara suministros médicos esenciales —como sangre, anestesia y combustible— permitiéndose únicamente el traslado de pacientes al hospital Al Shifa. “Esta decisión bloqueó recursos vitales que el hospital necesitaba urgentemente, dejando a los pacientes en una situación crítica”, dijo OCHA.
Durante una misión similar el 28 de octubre, que buscaba entregar suministros médicos, combustible y alimentos al hospital Kamal Adwan y trasladar a pacientes gravemente enfermos, tres pacientes fueron detenidos por fuerzas israelíes en un puesto de control; solo a dos se les permitió continuar con el convoy.
El personal médico corre peligro constante. En un caso particularmente preocupante, varios profesionales, incluido un cirujano ortopédico de Médicos Sin Fronteras (MSF), fueron detenidos por fuerzas israelíes en el hospital Kamal Adwan. “Hasta ahora, los esfuerzos para confirmar su situación y garantizar su bienestar no han tenido éxito”, dice OCHA.
Detenciones, maltrato y humillación en la Cisjordania ocupada
La Oficina de Derechos Humanos condenó este lunes las detenciones masivas, el maltrato y la humillación gratuita de palestinos por parte de las fuerzas de seguridad israelíes durante redadas en campamentos de refugiados y localidades en toda Cisjordania ocupada.
La información recabada por la Oficina muestra un patrón de uso de fuerza innecesaria, desproporcionada e ilegal en comunidades palestinas, a pesar de que en muchos casos no había una amenaza aparente.
Durante estas redadas, las fuerzas de seguridad israelíes cerraron las entradas a las comunidades y las sometieron a toques de queda, mientras ingresaban en decenas de hogares y los vandalizaban.
El comunicado detalla numerosos incidentes. En la redada más reciente, entre el 5 y el 6 de noviembre, las fuerzas de seguridad israelíes se desplegaron en Madama y Nablus durante 19 horas, prohibiendo todas las actividades en la aldea. Posteriormente, allanaron docenas de viviendas y ocuparon un edificio residencial sobre el cual izaron una bandera israelí, llevando allí a más de 20 palestinos, incluida una mujer. Muchos de los detenidos estuvieron esposados, vendados y sin acceso a comida ni agua durante periodos de entre 5 y 19 horas. Nueve de ellos informaron a la Oficina de Derechos Humanos de la ONU que fueron golpeados. Todos fueron liberados en la mañana del 6 de noviembre.
De manera similar, el 31 de octubre, las fuerzas de seguridad israelíes detuvieron a unos 35 hombres palestinos durante varias horas durante una redada en Dura, Hebrón. Tomaron el control de la casa de un palestino, colocaron banderas israelíes en ella y la utilizaron para interrogar a los palestinos arrestados. Según los testimonios, las fuerzas israelíes continuaron reteniendo a unos 20 hombres palestinos allí durante seis horas y les escribieron números en la frente. Posteriormente, los detenidos fueron obligados a caminar esposados y con los ojos vendados por el pueblo.
En un incidente diferente, entre el 18 y 19 de octubre, las fuerzas de seguridad israelíes allanaron al menos 50 viviendas en el campamento de refugiados de Al Fawer, en Hebrón, y detuvieron a unos 30 palestinos. Medios israelíes informaron de un caso grave de violencia sexual contra un detenido durante esta redada.
Además, durante el último mes, se han reportado varios casos de palestinos, en su mayoría hombres, detenidos por el ejército israelí en el norte de Gaza, supuestamente sometidos a maltrato. Se ha compartido muy poca información sobre su paradero o su estado. Ya había miles de palestinos bajo detención israelí, muchos de ellos en ubicaciones desconocidas, sin acceso a sus familias ni asistencia legal.
La Oficina recuerda que según el Reglamento de La Haya, una potencia ocupante tiene la obligación de restablecer y mantener el orden público y la vida civil, incluyendo el bienestar público, en un territorio ocupado.
“La destrucción deliberada de infraestructura civil, así como la detención arbitraria y el maltrato de palestinos, constituye una violación del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos internacionales. El Tribunal Internacional de Justicia ha concluido que la presencia continua del Estado de Israel en el Territorio Palestino Ocupado es ilegal y ha instado a Israel a poner fin a esta presencia ilegal lo más rápidamente posible”, concluyó.