El Secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, dio a conocer estas iniciativas después de una reunión del gabinete de crisis establecido por el Ejecutivo para abordar las consecuencias de este fenómeno meteorológico.
Protección para trabajadores y autónomos
Se estima que aproximadamente 350,000 trabajadores que de empresas localizadas en los municipios afectados pueden beneficiarse de los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) de fuerza mayor.
Asimismo, casi 70,000 autónomos con negocios en las áreas impactadas tienen la opción de solicitar el cese de actividad, una medida que Suárez subrayó que ya están empezando a utilizar algunos autónomos.
La solicitud para esta prestación debe hacerse a través de la mutua correspondiente. Suárez tranquilizó a aquellos que ya la han presentado, asegurando que podrán disfrutar de las mejoras introducidas por el reciente real decreto-ley, el cual fue aprobado en el Consejo de Ministros y publicado en el BOE, con efectos retroactivos desde el día de la catástrofe.
Detalles de las medidas aprobadas
Entre las novedades del decreto, se encuentran:
· Incapacidad Temporal: Ahora, la prestación por incapacidad temporal debido a la DANA se otorgará desde el primer día, con un incremento de la cobertura del 60% al 75%.· Beneficiarios de IMV y pensiones no contributivas: Estos recibirán un complemento extraordinario del 15% en sus prestaciones, al menos hasta enero, sin necesidad de realizar ningún trámite adicional.· Prestación por cese de actividad para autónomos: Esta prestación se ha mejorado con una exoneración completa de las cotizaciones a la Seguridad Social, sin requerir un mínimo de tiempo cotizado para acceder a ella.
ERTE de fuerza mayor
Para salvaguardar el empleo, los ERTE de fuerza mayor permiten una cobertura total de las cotizaciones sin afectar futuros derechos a desempleo de los trabajadores, y esta medida se extenderá al menos hasta febrero.
Tal y como ha señalado, estas acciones del Gobierno buscan no solo responder a la emergencia actual sino también reforzar y adaptar los mecanismos de protección ya existentes, aprendiendo de situaciones anteriores como la pandemia, para ofrecer un apoyo más robusto y flexible a los afectados por las inundaciones.