Mientras Albert Rivera resiste los envites que le llegan a derecha e izquierda, también tiene que soportar los de su propio partido. Y es que Ciudadanos ya no es lo que era, ni tampoco el líder de la formación naranja lo pretende. En medio del bloqueo político nacional auspiciado por PSOE y Unidas Podemos, que no parecen ponerse de acuerdo ni para pedir los cafés a la hora de sentarse a la mesa a negociar, un nuevo tránsfuga emerge desde las sombras para sumarse a la lista de políticos que persiguen sus intereses personales por encima del de los ciudadanos, nunca mejor dicho.
Javier Nart ya no quiere seguir defendiendo a su partido, al que tacha de “desnortado”. Sin embargo, pese a que ha abandonado a aquellos que le acogieron bajo su ala cuando pasaba por un mal momento, se resiste a dejar los beneficios que su estatus le ha concedido: su escaño europeo.
Aquí hemos de recordar a los lectores que Nart, gracias a su posición actual y de la que no quiere desprenderse, dispone de una ingente cantidad de dinero, alejado de la presión y de la responsabilidad política nacional, puesto que la internacional no suele ejercer tanta fuerza como para provocar quebraderos de cabeza alguno.
El exciudadano cobrará cada mes 8.757,70 euros brutos, quedándose con algo menos de 7.000 euros netos, sin contar con que ya opta a una pensión asegurada que asciende a un 3,5% del importe de la asignación parlamentaria por cada año completo de ejercicio del mandato, sin que el importe resultante pueda superar el 70% de la misma.
Y esto no es todo, ya que tanto Nart como el resto de diputados europeos dispone cada mes de un máximo de 24.943 euros para gastos en personal, asistentes y contrataciones externas.
Pese a que el líder del ala crítica de Ciudadanos, Luis Garicano, lo protege, la portavoz nacional de la formación, Lorena Roldán, insistía este lunes en que el eurodiputado debe dejar su acta “por coherencia personal y por ética”.
“Una persona, cuando abandona un proyecto político, debe devolver también el acta; nadie entiende que una persona que abandona un proyecto político siga con su cargo y con su sueldo aprovechándose del esfuerzo de muchas personas que hicieron posible su elección”, concluía.