Descubrimiento revolucionario después de analizar el Sudario de Turin

Un grupo de investigadores que estudia el Sudario de Turín, una extensa pieza de tela considerada por muchos como el sudario funerario de Jesucristo, ha llegado a la conclusión de que su origen se sitúa en la época en que vivió Jesús.

Investigadores italianos del Instituto de Cristalografía del Consejo Nacional de Investigación han llegado a la conclusión, mediante una innovadora técnica que utiliza rayos X de gran angular, que el material empleado para confeccionar la tela se produjo en la época en que Jesús vivió, hace aproximadamente 2.000 años.

El Sudario de Turín, que se mostró al público por primera vez en la década de 1350, es considerado el lienzo funerario utilizado por José de Arimatea para envolver el cuerpo mutilado de Jesucristo tras su crucifixión y muerte en la cruz.

A lo largo de la década de 1980, la creencia en el sudario fue cuestionada por los científicos, luego de que un grupo de investigadores lo analizara y afirmara que su origen se sitúa únicamente en la Edad Media, es decir, cientos o incluso más de mil años después de la muerte de Cristo.

Con la llegada de procedimientos de prueba más modernos y avanzados, se ha renovado la creencia de que la tela que presenta la huella manchada de sangre de un hombre barbudo con los brazos cruzados es, en realidad, el sudario funerario de Cristo. Esto contradice las afirmaciones realizadas por los científicos que analizaron la tela en la década de 1980.

Las Escrituras delinean claramente la envoltura del cuerpo de Jesús en un lienzo funerario.

De acuerdo con Mateo 27:59-60, "José [de Arimatea] tomó el cuerpo y lo envolvió en una sábana nueva. En un muro de roca, colocó el cuerpo de Jesús en una tumba que había excavado recientemente. Después, cerró la entrada de la tumba haciendo rodar una piedra muy grande. Tras realizar esta acción, se marchó".

La historia que narra el sudario es coherente con la descripción de la Pasión presente en los cuatro evangelios canónicos, donde se detalla el sufrimiento y la muerte de Jesús. Esta tela presenta manchas de sangre que coinciden con las heridas en la espalda y los hombros ocasionadas por la flagelación, así como también muestra marcas de espinas en la cabeza.