La crisis migratoria que actualmente vive el Reino Unido es un claro ejemplo de lo que podría suceder en todo Occidente si los globalistas logran imponer sus ideas. Un aspecto del plan incluye influir en la mente de los niños en las "escuelas" para que aprendan a erradicar la "información errónea" relacionada con la inmigración ilegal. Los encargados de esta estrategia buscan que las futuras generaciones perciban la invasión migratoria como algo positivo para Occidente, argumentando que contribuye a su enriquecimiento cultural.
A partir de ahora, todas las escuelas en Gran Bretaña incluirán cursos sobre "desinformación" y los riesgos del "contenido extremista" en línea. Se informará a los niños que aquellos ciudadanos británicos que se oponen a las fronteras abiertas son considerados "peligrosos" y que es necesario enfrentarlos con un enfoque de "pensamiento crítico". Leo Hohmann advierte en su Substack: "No es un pensamiento crítico real, eso sí, solo un pensamiento que es crítico de la verdad". Según él, "una mejor palabra para ello sería lavado de cerebro o entrenamiento de sensibilidad".
La próxima generación de británicos podría llegar a considerar inaceptable cuestionar la autoridad de Alá, el dios del Islam, sobre las leyes del Reino Unido si los globalistas logran sus objetivos. Recientemente, un hombre inglés de 61 años fue arrestado por hacer precisamente eso y ahora enfrentará un año y medio en prisión. David Spring, su nombre, participó en una protesta el 31 de julio donde acusó a los agentes de policía señalándolos con el dedo y exclamando: "¿Quién diablos es Alá?". Además, les comentó a los oficiales que "ya no eran ingleses", lo que provocó que lo esposaran y lo llevaran arrastrado hasta la sala.