Este año, las políticas disuasorias implementadas por el gobierno conservador de Giorgia Meloni han comenzado a mostrar resultados, lo que ha llevado a una caída sin precedentes en la migración ilegal por vía marítima hacia Italia, según informó el diario local Il Giornale el martes 13 de agosto.
De acuerdo con los datos oficiales que se han publicado recientemente, las llegadas ilegales a Roma experimentaron una notable disminución del 62,4% en 2024. Hasta el 12 de agosto, Italia recibió a 37.000 migrantes, lo que contrasta con casi 100.000 en el mismo lapso del año anterior.
El año 2023 se caracterizó por un notable aumento en las llegadas ilegales, con la isla de Lampedusa, situada en el sur de Italia, como el lugar más impactado entre todos los puntos de desembarco. En septiembre, un solo día registró la llegada de aproximadamente 120 embarcaciones que transportaban entre 6.000 y 7.000 migrantes, lo que llevó a que tanto comentaristas como legisladores calificaran el suceso como una "invasión".
A pesar de la celebración en Italia, otros países del Mediterráneo enfrentan ataques por parte de los mismos traficantes de personas, y las cifras son alarmantes: España ha visto un incremento del 155% este año, mientras que Grecia ha registrado un asombroso 222%. Esto evidencia que el fenómeno de la migración ilegal no se ha extinguido; más bien, se ha trasladado a costas que son más susceptibles.
Las llegadas ilegales a las Islas Canarias, situadas a apenas 100 km de la costa de África Occidental, representan una preocupación constante para España, que continúa enfrentándose a un número récord de desembarques cada año. Por otro lado, el extenso archipiélago griego también se convierte en un objetivo atractivo para los traficantes de personas provenientes del norte de África. Sin embargo, muchos barcos que trasladan migrantes desde Oriente Medio están eligiendo Chipre, una pequeña nación que se encuentra abrumada por esta nueva crisis.