El cuerpo humano depende en gran medida del agua, que constituye entre el 50% y el 70% de nuestro peso. Este líquido vital no solo regula y mantiene la temperatura del organismo, sino que también facilita el transporte de nutrientes hacia las células, se encarga de eliminar desechos mediante la orina, lubrica y amortigua las articulaciones, además de proteger los tejidos.
Con el aumento de las temperaturas típicas del verano, resulta evidente que los expertos aconsejan consumir entre dos y tres litros de agua diariamente para prevenir golpes de calor. No obstante, surge en nuestra mente una interrogante común: ¿es el agua la única opción para mantenernos hidratados o existen otras bebidas que lo logran mejor? Para abordar esta duda, se ha llevado a cabo una investigación en la Universidad de St. Andrews, ubicada en Escocia.
Los reyes de los lácteos son los indios. Cada año, en la India, se consumen 87.050 miles de toneladas de productos lácteos, como yogur y queso. Después de este país, se encuentran la Unión Europea, Estados Unidos y China. Desde el nacimiento, la leche nos acompaña y continúa siendo parte de nuestra dieta a lo largo de la vida.
La leche no solo es rica en lactosa y grasa, lo que se traduce en un porcentaje menor en las variedades semi o desnatadas, sino que también representa una fuente significativa de calcio y vitaminas. Entre estas vitaminas se encuentran la riboflavina (B2), la vitamina A, la vitamina D y la cianocobalamina (B12). Para satisfacer las necesidades de calcio, los especialistas sugieren consumir diariamente entre 2 y 3 raciones de leche. Un vaso proporciona 100 mg por cada 100 ml.
Un estudio que apareció en ‘The American Journal of Clinical Nutrition’ ha llegado a la conclusión de que, a pesar de la creencia popular, el agua no es la bebida más eficaz para la hidratación. La bebida que ofrece mayor hidratación es la leche desnatada, ya que posee componentes como azúcar, lactosa, proteínas y grasa, los cuales son fundamentales para prolongar su presencia en nuestro organismo.
Investigadores han desarrollado el Índice de Hidratación de Bebidas (BHI, por sus siglas en inglés), y a partir de este análisis se ha llegado a la conclusión de que el agua no es la bebida más efectiva para la hidratación. En situaciones de ola de calor, resulta crucial identificar qué líquidos son los más beneficiosos para enfrentar las altas temperaturas. Las bebidas que ofrecen mayor capacidad de hidratación, después de la leche desnatada, incluyen el suero oral para rehidratación, la leche entera y el zumo de naranja.
No se debe interpretar que el agua es prescindible. La hidratación está influenciada no solo por los líquidos que consumimos, sino también por los alimentos que ingerimos. Al seguir una dieta equilibrada, especialmente la mediterránea, rica en verduras, pescado, pasta, arroz y carne, podemos obtener alrededor del 50% de la cantidad de agua que requiere nuestro organismo. Además, es importante tener en cuenta que las necesidades hídricas varían entre diferentes personas.
Las personas que requieren una mayor cantidad de agua son los recién nacidos. Junto a ellos, los lactantes, las mujeres embarazadas y los deportistas que realizan actividad física intensa también necesitan una hidratación adecuada. La diferencia en la necesidad de agua entre hombres y mujeres es aproximadamente medio litro. Investigaciones estiman que un hombre de 20 años, con un peso de 70 kilos y que no sea deportista profesional, ingiere y pierde alrededor de 3,2 litros de agua diariamente en una zona con una humedad relativa del 50%.