Khaled al Asaad (82 años), considerado uno de los eruditos de antigüedades más importantes de Siria y responsable durante más de 40 años de las ruinas de la antigua ciudad de Palmira, fue decapitado el martes (18 de agosto) en la plaza principal y su cuerpo colgado de una columna.
El arqueólogo había sido detenido hace más de un mes y torturado para que revelase dónde había escondido valiosas obras de arte que los yihadistas querían recuperar para vender en el mercado negro, una de las formas de
financiación del Estado Islámico como reveló MIL21.
Arrasan el Patrimonio de la Humanidad
Desde que el Estado Islámico ocupó en mayo Palmira, cuyas bien conservadas ruinas de 2.000 años de antigüedad fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980, existía el temor que los islamistas destruyesen sus monumentos más representativos como han hecho en Irak.
El arqueólogo asesinado había escondido piezas arqueológicas únicas antes de que los terroristas tomaran esta ciudad, uno de los principales destinos turísticos de Oriente Medio.
El arqueólogo decapitado sacó importantes obras de arte del Museo de Palmira antes de que los yihadistas la ocuparan en mayo
Medio siglo excavando en las ruinas de Palmira
Al Asaad era el jefe de antigüedades de Palmira y había pasado más de 40 años excavando sus yacimientos arqueológicos hasta que se retiró en 2003. Tras su jubilación trabajaba como experto en el Departamento de Antigüedades y Museos de Siria.
Cuando los yihadistas entraron en Palmira destruyeron una estatua de un león que databa del siglo II ubicaba en las puertas del museo de la ciudad y que para protegerla había sido colocada dentro de una caja de metal.
En julio el Estado Islámico hizo público un video que mostraba el asesinato de 20 soldados sirios en el teatro romano de Palmira, uno de los mejor conservados del mundo, donde se veía a cientos de personas observando las ejecuciones.
Servicios de inteligencia tras el mercado negro
Con el fin de desmontar uno de los sistemas de financiación más lucrativos del Estado Islámico, los servicios de inteligencia europeos en colaboración con Interpol y los departamentos policiales especializados investigan las redes que se dedican en el mercado negro a la compra de las obras de arte robadas por los islamistas.
La guerra de Irak y Siria dispara el mercado negro de obras de arte
Este negocio ha crecido tras la invasión de Irak por el Estado Islámico y nutre a coleccionistas privados dispuestos a pagar auténticas millonadas por estatuas, figuras y tablillas cuneiformes que las adquieren para sus colecciones privadas.
Fuentes de inteligencia señalan que los servicios secretos europeos emplean cada vez más recursos en desentrañar estas redes que manejan enormes sumas de dinero y se mantienen en contacto permanente con la dirección del Estado Islámico.
El expolio de los museos, fuente de dinero
Pasan a los terroristas listados de las “piezas” que sus compradores les piden. Los terroristas han descubierto que el expolio de los museos arqueológicos es una forma sencilla y sin riesgo de ganar enormes sumas de dinero.
En este contexto, cobra sentido el asesinato público de Khaled al Asaad como castigo “ejemplarizante” para otros arqueólogos que han salvado de las garras del Estado Islámico piezas únicas de la historia de la humanidad. Téngase en cuenta que Irak fue cuna de la civilización Sumeria, la primera de la que que se tiene constancia.