Mohamed VI, nuevo “guardián del Atlántico sur”
martes 23 de junio de 2015, 06:10h
El rey de Marruecos Mohamed VI ha conseguido hacer realidad uno de los sueños de su padre, Hassan II que gobernó el país durante casi cuatro décadas, y erigirse en “guardián del Atlántico sur” con el apoyo de Estados Unidos.
El estreno de la nueva responsabilidad estratégica del Reino alauí ha tenido lugar en las recientes maniobras “African Lion 2015”, realizadas en las costas marroquíes por la Armada norteamericana, el Mando de Estados Unidos para África (AFRICOM) y una docena de países africanos. El cuartel general de los ejercicios se situó en la ciudad marroquí de Agadir.
“Marruecos ha sido el bastión más importante para Occidente, que impidió primero a la Unión Soviética, después a Cuba, y ahora al Estado Islámico, implantarse en la costa atlántica, frente por frente de América Central y de los Estados Unidos”, declaró a Mil21 el Wali (gobernador general) de Dajla (la antigua Villa Cisneros del Sahara español), Lamine Benomar, hombre de confianza del soberano para toda la región sahariana.
Según los estrategas marroquíes, que confiesan que el precio pagado por el Reino alauí no siempre ha sido comprendido ni correspondido por sus aliados occidentales, “la geopolítica del siglo XXI habría sido significativamente diferente, si Marruecos hubiera permitido la implantación de bases navales soviéticas en su territorio, lo que repetidamente le fue solicitado por Moscú desde finales de los años 50”, agregó Benomar.
El abuelo del actual rey de Marruecos, el sultán Mohamed V, puso a disposición de los aliados la ciudad de Casablanca en 1943, donde se reunieron el presidente norteamericano Roosevelt, el premier británico Churchill y el general De Gaulle francés (Stalin fue invitado pero rechazó asistir), para organizar la intervención aliada contra las tropas de Hitler.
Ocupación del Sáhara para frenar a la URSS
Su hijo, el rey Hassan II realizó dos operaciones esenciales para la defensa del Atlántico sur, según consejeros militares y estrategas que trabajan en el entorno de Mohamed VI. La primera fue la ocupación del Sahara Occidental, la antigua colonia española, en 1975 tras la muerte de Franco, lo que “impidió que la excolonia cayera en manos de Cuba, aliada de la Unión Soviética, y que Moscú dispusiera de una base de retaguardia en el Atlántico, al norte del Trópico de Cáncer y frente a las costas de Estados Unidos”.
La segunda operación fue la participación militar de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) en la defensa del régimen de Mobutu en Zaire (hoy República Democrática del Congo) frente a la insurrección filo-comunista en Shaba, que pretendía hacer del Congo una base soviética avanzada. En la misma línea intervencionista en defensa de los intereses occidentales, Rabat inscribe el apoyo militar al movimiento UNITA en Angola.
Costa africana y Estado Islámico
Los citados consejeros afirman que hoy día Marruecos lleva a cabo “la misma misión”, pero esta vez impidiendo que el movimiento terrorista del Estado Islámico consiga implantarse en algún país costero africano. Desde Tánger hasta Ciudad del Cabo la estrategia del Reino alauí consiste en asociar la defensa militar con la “política de prevención en las esferas económica, cultural y religiosa”.
Marruecos ha abierto las puertas de sus Universidades Islámicas -la más conocida de ellas es la de Qarawiyin en Fez- para formar a centenares de imanes y ulemas musulmanes venidos de Mali, Mauritania, Níger, Senegal, Nigeria, Costa de Marfil y Gabón. Paralelamente, Rabat ha enviado formadores en cuestiones religiosas a sus aliados africanos.
En el plano militar y de inteligencia, las relaciones de las FAR marroquíes y los servicios secretos con sus homólogos africanos, son más discretas, pero no por ello menos eficaces.
En su último encuentro con Barack Obama en noviembre de 2013, en Washington, Mohamed VI expuso ante su anfitrión la aportación del Reino alauí a la defensa occidental, lo que permitió a la Casa Blanca reconsiderar su política hacia el conflicto del Sahara Occidental.
A partir de ese momento, Washington ha sostenido que “la propuesta de Marruecos sobre una solución definitiva basada en la autonomía del territorio, es seria y creíble”, tal como ha considerado la Resolución 2218 del Consejo de Seguridad de la ONU de finales de abril 2015.